Alejandro III de Macedonia, más conocido como el Magno por
el volumen de sus conquistas, logró someter el feroz imperio persa y avanzar
hasta tierras ignotas en sus tiempos, como la India. En 13 años pasó de
convertirse en el instruido heredero del asesinado Filipo II a fallecer dejando
un inmenso legado de división y rencillas y un árbol de conquistas que fue
astillado en mil pedazos. Su fulgurante avance y la posterior caída le han
aupado a icono de la manida expresión ´morir de éxito´.
Sin tanto poderío aunque sí con una precocidad similar,
avanza Ciudadanos. El partido de Albert Rivera ha triplicado su afiliación en
la ciudad de Valencia en apenas un semestre, ha obtenido 13 diputados en les
Corts y seis concejales en la capital autonómica, ha constituido grupos de
trabajo conformados por cualificados profesionales... Y, sobre todo, ha
irradiado un arcoíris de expectativas de cambio. Sobre esa expansión lograda en
unos escasos meses existe un suelo de barro que se tambalea en cada proceso
electoral interno y en cada reparto de expedientes de expulsión.
El nombramiento de coordinadores de distrito en Valencia ha
contribuido a desequilibrar esa base y a alimentar la hueste de descontentos. Entre
ellos, el aspirante a coordinador que ha recibido un expediente de suspensión
por criticar en un grupo de Whatsapp al diputado Juan Córdoba. Ya no únicamente
le han retirado la candidatura, sino que también le han impedido votar. No se
trata del único caso. Y la situación se repetirá en la selección de
coordinadores locales.
Mientras, el grupo del Ayuntamiento de Valencia que encabeza
Fernando Giner trata de impulsar su visibilidad, la percepción entre los
votantes de que está trabajando con denuedo. Para ello ha preparado una campaña
de comunicación urbana, con actividades callejeras. Lo hace desde el despacho
que le han adecentado tres meses después de constituirse la corporación local.
En esa precariedad de medios coinciden los ediles con sus compañeros de las
Cortes Valencianas, con instalaciones masificadas y sin apenas ordenadores.
El resultado de
las elecciones en Cataluña tendrá un
efecto dominó en la Comunidad Valenciana. Relanzará o frenará la progresión de
Ciudadanos. Si ocurre esto último, el creciente grupo de militantes y simpatizantes
desencantados con las decisiones de sus dirigentes autóctonos puede convertirse en legión insurrecta. Como
las que encabezaron los diferentes diádocos de Alejandro para heredar su
imperio y que acabó fragmentándolo.
Columna publicada en diario ABC
Pincha este enlace para leerla en ABC.es
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