Paisajes, gentes, ejercicio físico y espiritual, reflexión, orientación… el Camino de Santiago aglutina todos esos sustantivos entre sus características. No obstante, depende de cuál de sus variantes se elija unos proliferan en mayor medida que otros. Y si se escoge una alternativa más desconocida, algunos, como gentes, marcan su mínima expresión; y otros, caso de paisajes, llegan a su apogeo de belleza.
En este relato nos adentramos por el de Baztán, el que nace
en Bayona y termina en Pamplona o, más en concreto, en la ermita de Trinidad de
Arre, a poco más de cuatro kilómetros de la capital navarra. Su cénit de
dificultad lo alcanza en el puerto de Belate, que ronda los mil metros de
altura, y en particular en la ermita de Santiago.













.jpeg)

