Etiquetas

miércoles, 12 de enero de 2011

La eficiencia del vendedor (artículo publicado en 20 minutos 12-01-2011)

“Lo siento. No me queda ese tipo de pilas pero justo al otro lado de la calle encontrarás una tienda de electricidad donde seguro tendrán”. El dependiente no me dijo que volviera mañana. Vio que me urgía y me proporcionó una alternativa rápida a su falta de provisión.
Una situación similar ocurrió dos días después en un restaurante de carretera. Carecía de mesas libres pero el propietario no dudó, sin preguntarle, en recomendarme dos establecimientos de su ramo en los que afirmó que me darían bien de comer. Acertó.


En ambos casos demostraron que poseen la mejor cualidad que ha de tener un vendedor: ponerse en el lugar del cliente. No buscaron colocarme productos secundarios. Al contrario, me ofrecieron una solución honesta aunque implicara recomendarme a un competidor. Así se ganaron más incluso mi confianza de comprador.

miércoles, 5 de enero de 2011

Juntos de nuevo

El reencuentro de una promoción

Altruitas callejeros (20 MINUTOS -5-01-2011)

Se ajusta los guantes a ambas manos, extiende la bolsa de plástico que acaba de extraer de un bolsillo y emprende su escatológica tarea. Recoge, una a una, las heces de equino que ensucian las sendas que utilizan peatones y ciclistas para transitar por el cauce seco del Turia.
Jubilado, lleva al extremo su civismo. Ha decidido participar en la limpieza de su ciudad y a ello dedica con esmero su tiempo. Como él existen otros urbanitas altruistas en Valencia.
Algunos riegan, abonan y cuidan con un encomiable tesón las plantas del jardín público más cercano a su vivienda. Otros se dedican a fotografiar desperfectos en el mobiliario colectivo para notificarlo a las autoridades públicas. Todos, en definitiva, contribuyen, anónimamente, a mejorar la calidad de vida de sus convecinos.

FOTO EL PAIS-LIMPIEZA EN BANGKOK

Si luego la mayoría lo incumple

La pantomima del pacto antitránsfugas

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Escuchante virtuoso (Artículo publicado en 20 minutos el 29-12-2010)

“Sumamente egoísta”. Así define a su pareja de turno. Lamenta, según reitera, su intransigencia y falta de cuidado. Todo ello, claro está, lo contrapone a su –dice- completa predisposición a compartir experiencias y atenciones.

Te llama casi asaltándote. Te pregunta qué vas a hacer ese día y, si ve que tardas medio segundo en responder, te confirma que se va a presentar en tu casa en unos minutos. Una vez contigo suelta su dramática retahíla de quejas. Desde luego, sin intercalar un solo interrogante de simple cortesía sobre tu estado anímico o tu salud física.

Cuando se marcha te preguntas: ¿por qué? La respuesta, después de una corta reflexión, te queda clara. Cada vez que os separáis percibes cierto aspecto de alivio en ese atormentado congénere y tú, internamente, te sientes mejor persona. 

Unirse o morir

¿Periodismo sin corporativismo? Ya no

De cómo ser destituido de un cargo sin haber contraído deméritos

El cruento relevo de Peralta