Y hoy, nueva jornada de calor intenso, tenemos programada la visita al Parque Minero de Riotinto, otro de los lugares emblemáticos de la provincia y, creo que por desgracia, poco conocido en el conjunto de España pese a su singularidad, como mínimo, nacional.
Nos cuesta más o menos una hora llegar, siempre en dirección hacia Badajoz,
al interior, hasta el municipio de Ríotinto. Lo primero que hacemos es recorrer
el museo, que reproduce un trazado de mina de la época romana, porque estas
explotaciones son bimilenarias, sobre todo para extraer cobre, aunque también
otros muchos minerales dada su fertilidad. Observamos también un curioso vagón
de tren que en principio lo iba utilizar la reina Victoria pero que acabó
destinado a esta empresa minera de dirección inglesa que en los siglos XIX y XX
se ocupó de arrebatar a la tierra todos los minerales que consiguió y, en ese
empeño, en dar trabajo a miles de personas, en condiciones que hoy nos
parecerían bastante más que reprobables. Aunque eso ya es historia.
Y así nos lo expresan los paneles informativos, los vestigios de la
maquinaria que empleaban, el relato de la matanza que hubo tras una protesta
masiva de los pueblos de la comarca y otros muchos detalles.
Desde ahí, antes de subir al tren minero, nos desplazamos con el coche unos
kilómetros para subir hasta el mirador de Cerro Colorado, desde donde se divisa
una imponente mina a cielo abierto que en la actualidad, desde hace unos años,
se encuentra en explotación. La panorámica resulta imponente, de esas que no se
olvidan en años.