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domingo, 10 de abril de 2011

Lo que se puede y no hacer al empezar a correr

La primavera hace que resurjan la vida y la ilusión por recuperar la forma perdida o, quizás, nunca conseguida.

Muy loable el deseo pero para lograrlo no basta con ponerse el chándal o el pantalón corto y lanzarse, de un día para otro, a correr como un poseso. Aquí van algunos consejos (basados en mi experiencia personal, claro, y en el legado que he recibido de otros sufridores/hedonistas de las carreras populares)

Sugerencias de cómo sufrir un vahído que nos quite las ganas de recuperar la forma

- Ponerse prendas de algodón que nos frenan.
-Cargar con una mochilita al correr en plan penitencia.
-No hidratarse creyendo que así perdemos más kilos.
-Pensar que, sin practicar en meses o años, podemos correr una hora sin parar.
-Calzar unas zapatillas de jugar un partidete de fútbol que teníamos guardadas en un armario.
-Colocarse la ropa y salir a la calle embalado, sin el más nimio estiramiento.

Modestos consejos para no quedarse en el intento

-No perderse en prejuicios de edades o sobrepesos. Cualquiera puede llegar a ser corredor popular por muy mayor o gordito que esté. Todo consiste en ponerse y no rendirse.
-Empezar compaginando paseo y carrera. Andamos cinco minutos y corremos uno; después cuatro y dos, luego tres y tres, y así, restando, durante un par de semanas hasta que ya podamos hacer entre 20 y 30 minutos de carrera continua.
-No cortarse en ponerse prendas de tirantes y pantalones cortos que dejen mover los muslos. No vale el pantalón de jugar a baloncesto.
-Beber bastante agua media hora antes de salir y después de la ducha, al regresar.
-Tener claro que, si empezamos ahora, para el verano habremos perdido sólo un poco de esa tripita que nos sobra. El próximo año mejor comenzar antes y añadir alguna tabla de abdominales.
-Fijarse retos. Por ejemplo, estar en forma para la próxima volta a peu de tu ciudad.
-Sobre todo, ser perseverante. Por muy reventados que acabemos un día, descansaremos al siguiente pero al tercero volveremos a la carga. Para alcanzar cualquier meta (perder kilos, por ejemplo) hay que luchar mucho, sobre todo contra esa cabecita que nos dice lo cómodos que estaríamos en el sofá.

Espero haber sido de utilidad para algún aspirante a corredor. Mucho ánimo que el esfuerzo vale la pena

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