Andan sumidos en un batiburrillo de emociones. Por un lado,
se sienten desmoralizados, infravalorados por sus ciudadanos. Por otro,
consideran que carecen de un heredero político que pueda plantar cara a los
nuevos primeros ediles. Además, en su fuero interno algunos esperan que las
diferencias entre los socios de gobierno de sus municipios acaben aflorando y
las zanjen con una moción de censura.
Otros líderes del PP, laminados por el voto de sus
convecinos, meditan sobre s
u futuro. Y el tiempo sigue pasando. Carmen Jávega
ha perdido la frescura de sus primeros años como alcaldesa y arrastra el
desgaste del último. Busca nuevos retos mientras rearma su partido. Amparo Mora
nunca alcanzó su sueño de alzar la vara de mando de Quart de Poblet por muchas
veces que lo intentó. Posiblemente le sobró la última. Ahí su sempiterna
enemiga política, la socialista Carmen Martínez, la remató, metafóricamente
escribiendo.
Juan Ramón Adsuara ejerce de una suerte de paño de lágrimas.
O provoca envidia sana, según se mire. Recorre l´Horta Sud tratando de insuflar
ánimo a sus conmilitones. Lo hace con la ascendencia de quien ha cosechado una
victoria holgada en su población, Alfafar. Y que encima ha logrado asentar a su
socio necesario, José Antonio Milla, edil de Ciudadanos. Por cierto, desde su
partido a nivel comarcal surgen voces discrepantes con ese acuerdo.
En cambio, y siguiendo con el partido de Albert Rivera,
empieza a despuntar la labor de su edil en Albal, Rafael Rodríguez, y del
munícipe de Sedaví, Javier Crespín. Este último ha sido el único concejal de la
corporación local que ha publicado en la web consistorial un número de móvil
para citar a los vecinos. Detalle.
Columna publicada en El Periódico de Aquí.
Pincha este enlace para leerla en EPDA.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario