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sábado, 26 de mayo de 2012

Peones de Serafín (ABC)

Miguel Espinosa ejerce de plenipotenciario alcalde de Casinos. Cumple su segundo mandato con mayoría absoluta en un cargo que, casi desde que lo asumió, ha compaginado con puestos secundarios a la sombra de Serafín Castellano, su valedor. Por edad y trayectoria pujante bien podría dar el salto a una primera línea provincial. El flamante nuevo secretario general del PP recurrirá a Espinosa como ariete si planifica una pugna interna con Alfonso Rus.
Castellano ha sabido preservar su cohorte de incondicionales. La sempiterna presidenta de Nuevas Generaciones, Verónica Marcos; la máxima responsable del PP de l´Eliana, Asunción Quinzá; la ex primer edil de Ontinyent, Lina Insa, o el veterano alcalde de Quartell, Paco Huguet, constituyen algunos de sus pretorianos. Todos forman ya parte del nuevo sanedrín ejecutivo popular. Joaquín Segarra, máximo mandatario de Benaguacil, también se alinea entre sus acérrimos.

ABC Comunidad Valenciana. Página 70 (25-05-2012)
Del mismo modo, el ex alcalde de Benisanó mantiene una estrecha relación con dos enemigos irreconciliables: Ricardo Arnal, ex primer edil de Náquera, y José Manuel Miralles, antiguo concejal de este municipio y presidente de los restos de Unió Valenciana. Se tienen tanta ojeriza recíproca como veneración o amor condicional profesan por Castellano.
La reaparición, en primera línea de toma de decisiones, del conseller de Gobernación supone un acicate para algunos candidatos de su partido ajusticiados de antemano como cabezas de lista por el PP para 2015. Me refiero a los ya citados Lina Insa y Ricardo Arnal, o incluso a Cristina Subiela en Burjassot.
Català-Cotino
Si fragua una provechosa alianza con María José Català, presidenta del decisivo Comité Electoral y política cercana a Juan Cotino –que equivale casi a decir distanciada del presidente de la Diputación de Valencia-, Castellano y ella dilucidarán los nombres de los candidatos de su partido en los próximos comicios locales. La potestad de la ejecutiva provincial, a la que en teoría le corresponde decidir en municipios de menos de 20.000 habitantes, quedará desarbolada.
Alfonso Rus dispone de unas huestes bastante más magras de lo que presuponía. No alcanza el nivel de su antecesor en el periplo provincial, Fernando Giner, en lo que se refiere a capacidad para ganar lealtades y, sobre todo, para conservarlas. Incluso sin cargos ni numerario que repartir. Eso sí, a tenacidad y orgullo pocos lo derrotan.