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domingo, 21 de abril de 2013

Anatomía de periodismo

´Queremos saber´ apela al derecho de los periodistas a ejercer su labor de informar y de los ciudadanos a recibir una información de calidad. Con una mezcla de nostalgia por la etapa de esplendor vivido, de lamento por la carestía presente y de esperanza por la exigencia del futuro, un elenco de reputados enviados especiales analiza la situación actual de esta figura periodística: la del profesional que se desplaza a un lugar en conflicto para trasladar a los clientes de su medio aquello que está ocurriendo.
Cada cual disecciona la realidad desde su perspectiva. No obstante, existen unas marcadas líneas comunes que convierten la  serie de relatos que conforma este libro en perfectamente homogénea: la defensa de la figura del enviado especial o corresponsal de guerra y su importancia para dar voz a los abandonados  y desprotegidos, ya sea en Somalia, China, Siria o Afganistán. Sin la presencia y crónicas de los periodistas las masacres quedarían sepultadas en la ignorancia pública. Sus artífices no tendrían que dar explicación alguna y podrían repetirlas cuando quisieran.
Y para que esto no ocurra, subrayan, hace falta alguien que relate lo sucedido, que recopile testimonios, que recorra el lugar, que hilvane la historia y que la transmita. Por desgracia, la crisis económica induce a muchos medios de comunicación a recortar en gastos en la cobertura de tragedias y acontecimientos. Para lamento de los autores de este libro y, en general, de la profesión periodística, bastantes editores se limitan a informar de guerras y devastaciones con las crónicas de agencias (cuando las agencias logran acceder al lugar) y con un batiburrillo de tuits procedentes de todo tipo de fuentes más o, sobre todo, menos creíbles.
La información publicada o difundida pierde espacio y calidad por falta de profesionales que la cubran y de editores que la valoren.  Cada vez menos medios destinan enviados especiales. Y aquellos que lo hacen reducen presupuestos y, por desgracia, confianza en la tarea. Algunos editores, y sigo con los argumentos de ´Queremos saber´, consideran que con hacer búsquedas de teletipos o en google ya están al corriente de toda la información mundial y se atreven a guiar, desde su despacho, los pasos y los criterios de su periodista a pie de guerra. Otros medios recurren a la figura del ´free lance´ o profesional autónomo mal pagado y peor pertrechado por esa falta de recursos.
Me quedo con el anhelo, la esperanza e incluso la certeza –depende del testimonio que leamos- lanzado sobre que en el futuro mejorará la profesión. El ciudadano exigirá información de calidad y los periódicos –en papel o digitales-, radios y televisiones deberán de atender esa demanda volviendo a impulsar la figura del enviado especial, del corresponsal fijo y, en general, del periodista que se desplaza al lugar de la noticia, la trabaja y la cubre. Para gloria de su propio medio y del periodismo.
Crítica literaria publicada en lasprovincias.es. Pincha en este enlace para leerla directamente en la página digital del diario

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