El transcurrir del tiempo está poniendo en su lugar a Unai Emery. Su capacidad reiterada para lograr que el Valencia Club de Fútbol concluyera en la tercera posición de la liga de fútbol española no está al alcance de cualquiera. Todavía no ha finalizado la primera temporada post Emery y ya tenemos claro que el principal –hasta la fecha sigue siéndolo- equipo de balompié de Valencia no quedará tercero. Si consigue terminar cuarto ya podremos dar gracias.
Y con un Valencia CF peor situado que el pasado año no dejamos de leer y escuchar la insistencia por renovar a su actual entrenador, Ernesto Valverde. Desde luego, ha demostrado con creces su capacidad tanto en el Athletic de Bilbao como en el Español y en el Olympiacos ateniense. Cierto también que asumió el timón valencianista cuando el equipo navegaba a la deriva. No obstante, a pesar de todos esos ´peros´ merece tanto la renovación como le correspondía a Emery en su momento.
El anterior presidente, Manuel Llorente, sometía cada año al entrenador de Fuenterrabía a la presión de paralizar su continuidad hasta casi finalizada la temporada, hasta que no garantizaba o encarrilaba esa tercera plaza. Ahora ese nivel de exigencia ha bajado con creces. Da igual cómo acabe el equipo. Quieren que el entrenador siga a toda costa. Y la plantilla prácticamente está conformada por los mismos futbolistas que el año pasado.
Desde luego, en el último lustro el Valencia CF ha pasado de ejercer de cantera fundamental de la selección español a no aportar jugar alguno. Y esta situación también la sufrió el propio Emery, al que cada año debilitaban el equipo.
Sí, el público se aburría hasta la somnolencia con el actual técnico del Sevilla. Pero le exigía plaza directa para la Liga de Campeones. Y la conseguía con unos mimbres estirados al máximo. Ahora la afición sigue hablando de tedio en Mestalla y el equipo está bastante peor clasificado. Empieza a ser hora de reconocer la labor de Emery y de asumir que la plantilla no da para mucho más.
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