Los dos puntos que logró en el ámbito autonómico por encima de la media nacional de su formación responden, en cierto modo, a su implantación en diferentes poblaciones. El actual Consejo Territorial no quiere que UPyD se quede en un mero partido de grandes ciudades y limite a ellas su recorrido electoral. En los últimos meses ha designado delegados locales en Manises (Juan José Ramírez), Sagunto (Bernardo Bartolomé), Bétera (David Aloy), Benicàssim (Juan José Navarrete) o San Vicente del Raspeig (Juan José Sevila). Del mismo modo acaba de renovar, este fin de semana, los consejos locales de Torrent y Elda.
En esa misma línea ha nombrado delegados en las zonas que denomina Valencia Sur (Francisco Raga), Valencia Norte (Antonio Fagoaga) y Alicante Sur (Joaquín Andréu). Ha agilizado el operativo para tratar de ampliar su actual estructura local y poder presentar candidatos en el mayor número posible de municipios. En algunos de ellos se topará con Ciutadans como rival directo, máxime tras haber heredado el conglomerado de ediles que le aportó Centro Democrático Liberal (CDL) y que en territorio valenciano rondaba la veintena.
Interesante resultará conocer el rol que desempeñará el diputado Toni Cantó en el futuro engranaje electoral. Si los afiliados de UPyD deciden exprimir su telegenia y alto de grado de conocimiento para impulsarle a candidato a alcalde de Valencia (y él accede), podría toparse con la horma de su zapato, por lo menos en lo que respecta al primer aspecto, al de ofrecer un rostro agradable para el votante. Ocurriría si Vox, que tendrá difícil lograr una mínima implantación en la provincia de Valencia, juega la totalidad de sus cartas en la ciudad y presenta una lista enarbolada por Cristina Seguí. Predisposición no falta a la exazafata para afrontar ese reto.
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