20 minutos CV. Pág. 2 (30-01-2013) |
La guerra de Siria, la intervención militar en Mali, las
predicciones tan fatídicas como erróneas del FMI, los datos siempre negativos
referidos al paro… y una larga retahíla de noticias de estas características
nos aturullan cada día. Menuda tortura. Cada vez escucho a más conciudadanos
comentar que ya no siguen la actualidad. No me extraña ante tanto golpeo
psicológico.
El escritor Adam Douglas afirmaba que nada hay más veloz que
la luz excepto las malas noticias. A su rapidez podríamos sumar un efecto
degenerativo para la moral colectiva. Y para los propios medios de comunicación
por la caída de clientela potencial que supone tanta reiteración de
negatividad.
El público busca información que le anime. En una situación
como la actual los hechos positivos resultan más noticiosos que nunca.
Contémoslos. Benjamín Franklin, que no necesita presentación alguna, apuntaba
que “siempre tendremos razones para estar enfadados, pero rara vez son buenas”.
Reduzcamos los motivos para generar esos enfados .
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