Centralismo

La escasez de miras o de perspectiva desde Madrid de lo que ocurre en el resto de España se ha amplificado en los últimos meses. Los cambios en TVE y, sobre todo, su reenfoque de la realidad, ha acentuado el tic de centralismo que, ancestralmente, corroe a los políticos y a los medios de comunicación de la capital de España.

No con resignación nos hemos acostumbrado, desde la periferia, a que los medios deportivos cuyo ámbito, en teoría, es nacional, abran cada día sus ediciones destacando los pormenores del día a día del equipo que junta el adjetivo de ´real´ al topónimo de su ciudad. Poca relevancia adquieren, desde su punto de vista, las gestas de los conjuntos del resto de España.

En todo caso, hablamos de empresas privadas. Como lo son la mayoría de televisiones, radios y webs nacionales que también incurren en este vicio. No obstante, en el caso de la televisión pública el defecto resulta inadmisible. Representa e informa a casi 50 millones de españoles y no a la décima parte de ellos. Me refiero a los que viven en la capital y en su entorno. A pesar de que quienes tienen la citada responsabilidad de informar se hallen incluidos en ese minoritario grupo de cinco millones.

Huelga ´nacional´

En los últimos meses presenciamos atónitos que la huelga del metro de Madrid se convierte en portada nacional cuando ni se menciona en el mismo informativo idéntico suceso en Valencia. También nos hemos atragantado con todo el dramático proceso del Madrid Arena y con los vaivenes, dimisión incluida, del vicealcalde. Estamos sufriendo como propio el desmantelamiento de la sanidad madrileña cuando apenas recibimos información, en ese mismo medio, de las protestas y huelgas en la educación valenciana.

Y así un larguísimo etcétera que adquiere su tono más descarado cuando el locutor de turno añade la coletilla “aquí, en Madrid”. Aunque los protagonistas de tal dejadez son inconscientes de ella, va calando en el resto de España una imagen de abandono, de malestar que, desde luego, alienta causas como la independentista de Cataluña. No digo que las justifique, pero si las azuza.

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