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domingo, 28 de septiembre de 2025

Historias por LATAM (III)

 ¡Y no te hundías!

 

Pisar totora, una planta acuática que crece en el lago Titicaca, sorprende y da cierta aprehensión. Parece que te vas a hundir. Sientes como si estuvieras andando sobre cañas por encima de un río o una acequia y prevés que en cualquier momento tus pies se sumergirán en el agua. No obstante, eso no ocurre.


Las islas de los Uros o de totora están ubicadas a poco más de tres kilómetros en embarcación desde Puno, la principal localidad de Perú en el entorno del lago Titicaca. Recuerdo que en un diámetro que apenas superaba los cien metros compartíamos espacio en uno de esos islotes unas pequeñas cabañitas de venta de ropa y baratijas, sus dependientes y la veintena de personas que hasta allí nos habíamos desplazado por curiosidad para apreciar la singularidad del lugar. Estas islas vegetales flotan, se mueven y parece que vayan a hundirse, pero resisten. Y no vence su aparentemente frágil suelo sobre la inmensidad del lago.

Desde allí nos desplazamos a suelo más firme, el de Amantani, una isla ‘de verdad’, más al estilo habitual. Pernoctamos en las humildes casas de adobe de sus habitantes, sobre camastros de piedra y sin iluminación ni en los hogares ni en las calles. En cualquier caso, disfrutamos de la hospitalidad de sus nativos, con quienes compartimos estancia y danzas.

Otros dos recuerdos que me salpican de esta experiencia tienen origen en su ubicación. Por un lado, el arduo esfuerzo que suponía subir una docena de escalones. El lago se encuentra a casi 4.000 metros de altura, y hasta que te acostumbras pierdes el resuello a poco que camines y notas síntomas del denominado ‘mal de altura’.

Por razón de esa elevación los rayos del sol abrasan. Soy muy poco dado a ponerme gorras; no obstante, no me quedó más remedio que, poco después de las ocho de la mañana, buscar urgentemente un tenderete donde comprar un sombrero con las clásicas imágenes de llamas porque me ardía la cabeza y urgía protegerla.

 

Con motivo del 25 aniversario del largo viaje que hice con mi amigo José Ramírez por Centroamérica, Perú y Bolivia voy a recopilar en mi blog algunas historias de aquella travesía. Por entonces todavía ese cuaderno de bitácora digital no existía y no podía, por tanto, trasladar allí estas anécdotas. Ahora puedo compensar con recuerdos, imágenes (como las del lago Titicaca y sus islas) y transcripciones recopiladas

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