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martes, 10 de agosto de 2021

Comienzo desde León de un nuevo tramo del Camino Francés de Santiago (Año III)


 

Comienza una nueva experiencia en El Camino de Santiago. Esta vez el tramo escogido posiblemente resulta el más exigente por su perfil montañoso. Como afirma el aforismo tan apropiado para la ocasión: “todo se andará”.

Con el objetivo de llegar hasta su origen, León, recurrimos al tren de velocidad rápida Alvia, que en cinco horas y media nos transporta desde Valencia hasta la capital leonesa, con escalas en Requena, Cuenca, Madrid o Palencia y con destino final -hasta allí ya no llegamos- Gijón.

La estación se halla a menos de un par de kilómetros del centro. En nuestro primer albergue nos alojan en una habitación de ocho camas para los dos. Las medidas covid mandan, lo cual nos convertirá en huéspedes más solitarios en la mayoría de alojamientos y mantienen las distancias al cerrar espacios comunes como los comedores de albergues. Nos proporcionan sábanas, toalla y edredón, algo no habitual en muchos alojamientos de estas características.

Como nos queda todavía algo de tarde, aprovechamos para visitar el edificio más emblemático de León: su catedral. Por seis euros la entrada, recorremos, con la explicación que nos aporta nuestro propio teléfono móvil tras escanear un código QR en la entrada del edificio, la catedral en cinco etapas cronometradas en una media hora. Nos impactan sus vidrieras.

Desde allí nos dirigimos a la Colegiata con la intención de visitar el cáliz de Doña Urraca, pero apenas dispondríamos de media hora para recorrer todo el edificio y las murallas, por lo que preferimos dejarlo para otra ocasión y optamos por un paseo por la calle del Cid y por la de Orduño II. Nos sorprende la escultura de un león saliendo de la alcantarillada, el castillo diseñado por Gaudí, los bares del barrio Romántico y del Húmedo, donde, por cierto, tomamos tapitas que te sacan cuando pides algo de beber. Helado y vuelta al albergue para repasar el recorrido de la primera etapa. Porque León ha sido solamente el preámbulo.

miércoles, 30 de junio de 2021

Recorrido por la Toscana valenciana: viñedos, el guerrero de Moixent y la leyenda de un sacerdote

Existe una zona singular de viñedos en la provincia de Valencia que, debido a la acumulación de plantaciones y de bodegas en muy poco espacio, ha recibido el cariñoso apelativo de la Toscana Valenciana. Abarca tres municipios: Font de la Figuera, Fontanars dels Alforins y Moixent. Se ubica en el suroeste de la provincia.

Moixent (o Mogente, en castellano) además de por sus cosechas, resalta por su yacimiento ibero que muestra la antigua ciudad en la bastida de Les Alcusses. De estos restos poblacionales sobresale la pequeña figura (apenas ocho centímetros) del guerrero de bronce del siglo IV A.C. que constituye el emblema de Moixent y cuyas réplicas ocupan multitud de espacios públicos.



La visita al yacimiento resulta gratuita. Situado en una extensa pinada, es de esos lugares  donde la imaginación y los paneles (aunque no resultan muy prolijos en información) permiten plantearte lo que hubo, porque apenas quedan los restos, la base. En cualquier caso, por su antigüedad merece la pena recorrerlo en una visita que se realiza casi en circuito ovalado. Por ello y por las vistas que abarcan una gran extensión de viñas.

Antes o después puedes dirigirte a una de las bodegas más reputadas de la zona: Celler del Roure, que organiza recorridos guiados con cata de tres vinos previa reserva. Para sorpresa del visitante, primero se topa con unos pollinos pastando y con gallos cacareando sobre un terreno que luego descubre que constituye el techo del auténtico tesoro de la bodega: su espacio subterráneo.

En él conviven decenas de enormes tinajas con capacidad para hasta 3.000 litros cada una, donde reposa en crianza el caldo en cantidades mayores que en los ya clásicos toneles. Y allí fermenta una variedad, la Mandó, autóctona de Moixent y que en esta bodega, por ejemplo, da vida a las botellas de la marca Safrà, una de las principales de Celler junto a otras con mayor predicamento, como la blanca Cullerot y, sobre todo, la tinta Les Alcusses. En este último caso ya concebida con una mezcla de variedades más internacionales, como Syrah o Petit Verdot.

Y de la bodega y el yacimiento al casco urbano de Moixent, espigado, con un censo que ronda los 4.000 habitantes. Antes, o después, puede circunvalarse a pie el embalse del Bosquet, a apenas tres kilómetros de distancia. Un lugar para darse un chapuzón o para realizar una acción social limpiando la porquería que dejan algunos desaprensivos en su zona boscosa. El paseo se concluye en apenas media hora.

Esta población, como tantas otras del Mediterráneo, salvaguarda su Torre Mora como principal vestigio del antiguo castillo, e incluso restos del acueducto que lo enlazaba con el citado Bosquet. Y, justo debajo de la torre, una enorme gruta que ha dado pie a una leyenda, la de cómo sobrevivió uno de sus personajes más ilustres, Cristóbal Moreno del Camino, más conocido como pare Moreno por su labor sacerdotal y su tarea como franciscano. La citada leyenda cuenta que cuando nació, en 1520, su padre lo ocultó en esa gruta para protegerlo de una epidemia de peste negra, y que allí logró salvar la vida, con la ayuda de un cabra, para después convertirse en un importante personaje de la época. Sus retos reposan en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, con singulares pinturas.

La visita a Moixent puede completarse con una degustación de arròs al forn, un plato hecho con estilo propio en la comarca de la Costera, a la que pertenece Moixent. El restaurante La Piscina, con su enorme terraza sombreada de manera natural por la arboleda, constituye una buena opción para hacerlo.

Esta crónica viajera me la ha publicado la web de viajes Soloqueremosviajar.com. Puedes leerla en esa plataforma pinchando este enlace

lunes, 28 de junio de 2021

Congreso del Bloc y futuro de Compromís (Intereconomía)

Hoy he participado en la tertulia del programa Inter Café, de Intereconomía, para analizar el congreso  del Bloc que se ha celebrado este pasado fin de semana y las perspectivas electorales de Compromís, la coalición de la que el Bloc es socio mayoritario. También hemos hablado del inminente congreso del PP en la Comunitat Valenciana.


Puedes escuchar el programa completo pinchando este enlace

También puedes leer una breve crónica de mi intervención pinchando este otro enlace

Debatiendo el final del curso político (7Televalencia)




El martes 22 de junio participé en Ágora, el programa de debate de 7Televalencia, en el que hicimos balance del curso políticos en la Comunidad Valenciana. 


Puedes ver y escuchar el programa completo pinchando este enlace

jueves, 3 de junio de 2021

Debate sobre actualidad política en 7Televalencia

 El martes 25 de mayo aprovechamos que se ha llegado a la mitad de la legislatura para desarrollar un debate sobre actualidad política en Ágora, programa de debate de 7Televalencia. 


Moderados por Sylvia Costa, participamos el abogado Fran Raga, la periodista Maria Josep Serra y el autor de este blog.


Pincha este enlace para ver y escuchar el programa completo



martes, 1 de junio de 2021

Periodismo, divulgación y Camino del Santo Grial

El pasado viernes 28 de mayo participé en una mesa redonda titulada: "Divulgación, periodismo y Camino del Santo Grial". La organizó la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial y se desarrolló en el Mercado de Colón, un edificio emblemático de Valencia por su estilo modernista y por su adecuación como espacio social y de ocio.



Fotos: José Cuñat


Esta es la crónica realizada por la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial sobre el debate: 

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Don José Luis Pichardo, Director de "El Intercafé" en Radio Intereconomía Valencia. 

Don Pere Valenciano, Director del Grupo del Periódico de Aquí y Viu València.

Don Héctor González, Presidente de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos.

Participa como moderadora la Dra. Ana Mafé García, Presidenta de la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial y don Jesús Gimeno Peris, Concejal del Ayuntamiento de Massamagrell y Secretario de la Asociación.

Ronda de preguntas:

1- ¿Cuál crees que es la importancia de que desde el año 2015 Valencia sea la tercera ciudad jubilar del mundo tras Jerusalén y Roma? ¿Y de que precisamente el Camino del Santo Grial pase por estas dos ciudades internacionales?

2- ¿Crees que es importante posicionar Valencia dentro del relato mundial de la "búsqueda del Santo Grial" sin ningún tipo de complejo religioso?

3- ¿Cómo te gustaría aportar al crecimiento del Camino del Santo Grial?

4- ¿Cómo te gustaría el futuro del Camino del Santo Grial en Valencia, en el mundo en general?

Resumen de intervenciones:

La mesa de debate cerró la 1ª Quincena Cultural Camino del Santo Grial celebrada por la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial en colaboración con el Mercado de Colón, AUMSA, el Ayuntamiento de Valencia y Turismo Comunidad Valenciana-Ruta del Grial.

Comenzó el encuentro la Dra. Mafé dando la bienvenida a los ponentes y haciendo un estado de la cuestión de qué es el Camino del Santo Grial: su historia y la importancia de su internacionalización para el futuro del turismo de la ciudad.

Héctor González comentó en esa línea que las ciudades de Roma y de Jerusalén han sido referentes del mundo hasta el siglo XIII. “Es fundamental entender su historia para calibrar la dimensión que alcanza el Camino del Santo Grial a nivel internacional. A escala histórica y cristiana tenemos un camino pionero” que hay que dar a conocer.

Por su parte, Pere Valenciano explicó que “es una oportunidad histórica que no se puede dejar escapar”. Porque equipararnos con estas dos ciudades a nivel turístico cultural y religioso “significa traer a Valencia un turismo de calidad”. No hay que olvidar que la ciudad de Roma es la más visitada del mundo por su patrimonio, por su cultura y por su importancia religiosa.

Comentó que poner en marcha el Camino del Santo Grial es un trabajo que lleva “mucho tiempo”. Pero que, de repente habrá un punto de inflexión y todos diremos ¿qué está pasando? Refiriéndose al trabajo de investigación de la Dra. Mafé dijo que “ya sabemos qué es el Santo Cáliz y dónde está” la reliquia más buscada del Medievo occidental. Falta el empuje final de la Administración.

De hecho, expuso que “el turismo del que hablamos en el Camino del Santo Grial es un turismo «del bueno», por eso esperamos que pronto llegue ese punto de inflexión”.

Héctor González explicó que en el Camino de Santiago encuentras diferentes colectivos que se suman y todos forman parte de ese relato: peregrinos, agentes de viaje, Administración… “Hay que asumir el camino del Santo Grial como un todo natural”.

En la segunda cuestión la Dra. Mafé matizó la necesidad de “quitarnos complejos religiosos” a la hora de trabajar por Valencia como destino del Santo Grial.

Pere Valenciano expuso que “la región es dual”. Es un tema privado en su práctica, pero en su expresión popular es una celebración pública. “Respetando lo que significa el Santo Cáliz como objeto para los cristianos, no hay que olvidar que el Santo Cáliz, el Santo Grial es también es un símbolo cultural”.

Reseñó que el concepto de “camino” es mucho más amplio porque representa muchos valores. “El respeto está por encima de la instrumentalización como símbolo. El Santo Grial supera como tal la esfera meramente religiosa”.

Héctor González afirmó que “cuando viajamos a Oriente visitamos mezquitas, templos y lo vemos como una fuente de curiosidad”. Así el Santo Cáliz forma parte de la historia de la humanidad porque el cristianismo lo conocen unos tres mil millones de personas en el mundo y tiene dos mil años de historia.

Alabó en su disertación el clima de Valencia y su gastronomía como un reclamo.  “Todo suma en el relato para conseguir que vengan más visitantes y curiosos a nuestra ciudad”. Por ello hay que añadir al relato los pluses, no solo de la cultura sino también de la leyenda, la curiosidad, la historia y el recurso experiencial de la gastronomía.

José Luis Pichardo comentó que el papel de los medios es fundamental. De hecho, quiso felicitar directamente a todos sus compañeros porque siempre han cogido “con gran cariño en estos últimos años todo lo relativo a la historia del Santo Cáliz y al trabajo de la Asociación Cultural del Camino del Santo Grial”. Con orgullo señaló ese cariño, respeto y rigor mostrado desde el primer momento por la prensa valenciana.

La tercera cuestión para debatir se centró en saber cómo les gustaría aportar al crecimiento del Camino del Santo Grial desde su conocimiento.

Respondió en primer lugar Héctor González. “Sentir que formas parte de un proyecto, satisfacer la curiosidad, la labor de pedagogía, leer libros, participar en los congresos… todo eso ayuda a calibrar la importancia y el legado histórico del Santo Grial”. Trasladar el conocimiento y contar historias es importante para difundir este relato.

Dirigiéndose a la Asociación comentó a don Jesús Gimeno: “seguir como hasta ahora, aportar noticias e información para que podamos seguir contando más y mejor. El Santo Cáliz hay que sentirlo, conocerlo y divulgarlo”.

Pere Valenciano manifestó que el papel de la sociedad y de los medios es doble. “Los medios debemos tener conocimiento para poder transmitir el relato y la sociedad debe de seguir en movimiento”.

Declaró que el Camino del Santo Grial primero debe ser contado por los medios locales. Es decir, darlo a conocer en la sociedad más cercana y hacer que la misma sociedad se lo crea y se involucre en su difusión.  Así “sociedad y medios y medios y sociedad trabajando todos juntos”.

José Luis Pichardo afirmó en este punto que “es un proyecto transversal no solo de identidad religiosa y cultural. También hay una identidad social del Santo Cáliz”. Habla de la sociología de la historia “aquello que «siente» la sociedad es aquello que perdura”.

Y continuó explicando que “la asociación va a marcar un hito en este respecto porque la Administración ha sido tradicionalmente la que ha soportado la «cultura» desde el poder. Sin embargo, es la sociedad civil a través de vuestra asociación la que ha estado trabajando el relato del Camino del Santo Grial desde hace 20 años. Y esto es encomiable porque significa un futuro prometedor para la ciudad de Valencia”.

Ante la pregunta de cómo les gustaría el futuro del Camino del Santo Grial en Valencia, Pere Valenciano comentó que se imagina Valencia como un foco de atracción de un turista que valora la cultura, que redescubre la ciudad. “Para mí Valencia es la mejor ciudad del mundo”.

Explicó que el bienestar económico de los ciudadanos depende “de los turistas que vengan a vernos”. Por eso incide en que este relato debe ser un bien conocido por todos y cada uno de los ciudadanos que trabajamos y vivimos en Valencia.

Héctor González contó al respecto que tuvo una experiencia muy agradable en Nueva Zelanda, cuando un guía le dijo que conocía la ciudad de Valencia por la Copa América. Sin embargo, estando en San Juan de la Peña detectó cómo la propia guía del monasterio desconocía que el Santo Grial estaba actualmente en Valencia.

“El Santo Grial es un motivo de prestigio para la ciudad de Valencia”. Cita que tenemos la visita de dos papas, la repercusión que ofrece el equipo de fútbol y la memoria de la Copa América. Pero esto no es suficiente.

Declaró que “el Camino del Santo Grial es un «maná» para los municipios por donde pasa y un argumento de prestigio para posicionar mundialmente nuestra ciudad”.

José Luis Pichardo esclareció que los eventos deportivos posicionan a la ciudad de una manera efímera porque dependen del “dinero que se pone”. Pero, el Santo Grial “permite tener un modelo de turismo atemporal además del geoposicionamiento de Valencia en el mundo”. Una ciudad que es un conjunto de múltiples circunstancias. “La Administración de Aragón y la Comunidad Valenciana pueden unirse a la Asociación en este proyecto para generar riqueza”.

Por último, a petición de la Dra. Mafé los ponentes resolvieron con unas palabras de cierre sus aspiraciones para el desarrollo del Camino del Santo Grial.

Héctor González habló de que la “convicción basada en el estudio aviva la curiosidad”. A partir de esta se trata de “colaborar en la difusión”. Porque su historia nos conecta y “va a potenciar Valencia”. Realizar el camino y llegar al final de su trayecto en la ciudad de Valencia “es apoteósico”.

José Luis Pichardo aclaró que “la majestuosidad de la ciudad de Valencia en su llegada del camino es fundamental”. Declara que “Valencia como ciudad es mucho más seductora y atractiva que la propia Santiago de Compostela”.

Don Jesús Gimeno Peris cerró la mesa tras agradecer a los medios valencianos su implicación en la difusión del Camino del Santo Grial.

 

 

jueves, 20 de mayo de 2021

sábado, 8 de mayo de 2021

Premio APPV a Elsa González


 

Premio de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV) a Elsa González, ex presidenta de la FAPE. Se lo dimos el 5 de mayo, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa. Tuvo lugar en el aula magna de la facultad de Periodismo de la universidad CEU Cardenal Herrera, con una conferencia  posterior de Elsa sobre el deterioro de la libertad de prensa por la pandemia. Después, una comida en la huerta de Meliana.


En este enlace puedes leer crónica del acto

También en el diario Las Provincias:  Elsa González recibe el premio APPV a la libertad de prensa

El lunes 3 mantuvimos un debate en El Forcat, el programa que dirige Silvia Soria y que se emite en Esradio, sobre libertad de prensa. Puedes escucharlo íntegramente pinchando este enlace

miércoles, 21 de abril de 2021

Por el suroeste de la provincia de Castellón: de Montanejos a Bejís

Fuente de los Cloticos, en Bejís

Ruta hacia el interior de la provincia de Castellón. Nos adentramos desde la costa y pasamos por la industrial Onda, con su extenso polígono. Pensamos si paramos y damos un paseo, pero el bullicio de tráfico y animación y las ganas de entorno rural de este viaje hacen que sigamos.

De modo que continuamos hacia Fanzara. Aquí sí que aparcamos y nos detenemos para disfrutar de su Museo Inacabado de Arte Urbano, que es ni más ni menos que todo el pueblo. ¿Y en qué consiste? Puesen  que en las paredes puedes contemplar desde dibujos de rostros de personajes que te observan con aparente interés hasta una colección de gatos, por poner únicamente algunos ejemplos de lo que la imaginación de los artistas que se han concentrado en las seis ediciones del festival de Fanzara ha dado de sí. En la práctica, más de 150 “intervenciones artísticas” que dan lustre a las fachadas de múltiples viviendas.

Proseguimos hacia Montanejos y ya desde antes de entrar, al pasar por Montán, las calles están repletas de coches de visitantes, buena muestra de que se trata de un día festivo y de que esta localidad, famosa por sus aguas y balneario, tiene tirón. Aparcamos en La Fuente, a 3,6 euros tres horas más o menos de estacionamiento. Llama la atención ver Zona Azul en un descampado junto al río, pero así se las gastan en esta población. La misma imagen que transmite el forzudo guardia de seguridad situado junto a la caseta de acceso a las fuentes que, con cierta rudeza, exige el billete de entrada.

Venimos a relajarnos y el entorno montañoso acompaña, así que damos un paseo por el pueblo y nos dirigimos al bar Los Luises, donde tapeamos. Luego transitamos por la plaza de la localidad, repleta de mesas con gente comiendo carne. Descendemos hacia el río para ir en paralelo a su cauce con destino al aparcamiento. Eso sí, antes de irnos del término municipal pasamos por el enorme chorro o aliviadero del pantano de Arenós. Impresionante acercarse y empaparse. Todo a la vez y en cuestión de segundos. La experiencia merece la pena con creces.

Subimos al coche y retomamos nuestro camino hacia El Toro. Subimos un puerto de montaña. Pasamos por San Agustín, Barracas y nos viene justo para entrar en el hotel rural Los Abriles mientras comienza a arreciar la tormenta y a descargar granizo. Sesión de jacuzzi, cena, paseo rápido casi a oscuras por el pueblo y a descansar.

Al día siguiente, recorrido matutino por el casco urbano de El Toro, municipio de poco más de 200 habitantes. Hoy plantan el mercado ambulante, con sus cinco puestos: cuatro de ropa y uno de hierbas y aceites para el cuerpo. Existe una sola tienda-panadería, donde pueden compartir espacio únicamente tres clientes (las restricciones pandémicas obligan). Subida hasta los vestigios del castillo, con su interior recubierto de matojos. Es de esas construcciones que mantiene con cierta dignidad parte de los muros exteriores, dando una sensación de que quizás haya algo más una vez subes y te adentras en ellos. Pero no lo hay.

Vamos a pasear por Barracas, una localidad en decadencia desde que no es paso obligado de vehículos ni acoge grandes atascos. Le ocurre algo similar a Motilla del Palancar. Sus carnicerías siguen teniendo tirón, pero poco más. La tienda de ropa de deporte a bajo coste mantiene una oferta bastante justita.

Emprendemos camino hacia la aldea de El Molinar. Nos recomiendan una carretera a la que sigue una pista repleta de rulos, socavones… Casi 50 minutos después de salir llegamos a un espacio muy singular, al que no se puede entrar con vehículo porque lo impiden unas cadenas. Cascadas, casas a diferentes alturas, puentes... en medio de un precioso valle.

Vadeando el río Palancia en el camino hacia su nacimiento


Desde allí parte el camino hacia el nacimiento del río Palancia. Dejamos el coche al inicio y afrontamos a pie los alrededor de 2,5 intensos kilómetros. La senda se va estrechando cuando tienes que vadear hasta cinco veces el Palancia sobre troncos o piedras, trepar por rocas de metro y medio de altura o encogerte entre paredes de plantas punzantes. Resulta complicado no meter en algún momento el pie con la zapatilla en las frías aguas del Palancia. Tampoco es problema. Forma parte de la aventura. Necesitamos unos 45 minutos de ida y otros tantos de vuelta.

Retornamos al hotel desde el lado contrario, más fácil aunque con mayor recorrido de kilómetros. Desde Bejís. Cenamos un menú de 12 tapas de la zona.

Tercer día. Intentamos ir a la cueva de Cerdeña, en el término de Pina de Montalgrao. Nos adentramos por un camino sin asfaltar al final del casco urbano, hasta que unos senderistas nos advierten de que en breve nos veremos obligados –por las dificultades de la ruta- a dejar el coche y a caminar una hora para llegar y otra para volver.

Otra vez será. Como alternativa, paseamos entre las calles de Pina, por las ruinas del castillo, detrás de la iglesia, por el horno antiguo y por el mercado ambulante dominical de apenas dos puestos.

Desde ahí nos vamos a Bejís, porque hoy toca la Fuente de los Cloticos, un paraje natural al que se accede por una estrecha carretera de montaña que desciende al final hacia el camping. Allí aparcamos donde podemos, pues está abarrotado, y bajamos la ladera, por una escalera empinada esculpida en el terreno que lleva directamente hasta la foto característica del lugar, la de la cascada. Nos sirve de inicio de un recorrido de unos 20 minutos (puede alargarse más) por una senda agradable y poco transitada para tratarse de un domingo y teniendo en cuenta la gran cantidad de vehículos aparcados arriba, donde también hay un merendero.

Comemos el menú casero del bar Tren Pita (por cierto, su nombre, según nos explican, responde a la suma de los apodos de familia del hombre y la mujer que lo fundaron) y luego caminos por el casco urbano, subiendo a los restos del castillo y ascendiendo lo suficiente como para tener una visión completa del acueducto.

De Bejís nos desplazamos a Jérica. Una pena que esté cerrada la zona amurallada que entorna la famosa torre mudéjar, conocida como de Las Campanas. Nos conformamos con pasear junto a las murallas de la ermita, por sus calles en ascenso y descenso. Retorno al hotel, baño, cena a las ocho y breve tránsito nocturno.

El cuarto día es el de retorno. Antes, un último paseo por El Toro, en este caso hacia el polvorín, apartado algo más de dos kilómetros y medio del casco urbano. Y no nos vamos sin pasar por la tienda y comprar una barra de pan, de ese con olor típico de pequeños municipios de sierra, del que conserva su fragancia panadera. Volvemos por una carretera algo más sinuosa, que discurre por los municipios de Teresa y Sacañet (62 habitantes), para ya entrar en la provincia de Valencia por Alcublas y desviarnos hacia Andilla, donde comemos en el único restaurante abierto, que expande sus mesas en la entrada de la iglesia. Con sol y viento disfrutamos de la paella, la olla y la carrillada, y de la panorámica.

 

Crónica publicada en www.soloqueremosviajar.com. Puedes leerla en esa web pinchando este enlace

lunes, 19 de abril de 2021

El congreso del PP en Torrent y sus consecuencias. Y Cs (EdiarioCV-Intercafé)

 Hoy he intervenido en Intercafé, la tertulia de Intereconomía Valencia, para hablar del congreso del Partido Popular en Torrent, el que ha movilizado a más militantes y que ha tenido mayor competencia de la provincia.


Puedes escuchar la tertulia completa (intervengo a partir del minuto 20) pinchando este enlace


Y la crónica de mi intervención pinchando este otro enlace


Precisamente el sábado, el mismo día del congreso y la votación, publiqué en EsdiarioCV una crónica al respecto:


Amparo Folgado logra una reñida victoria en el congreso del PP de Torrent


Y hoy, en EsdiarioCV, difundo este artículo sobre Ciudadanos:


Cs, ante el reto de Madrid: reclutamiento de apoderados y cambio en el grupo parlamentario

martes, 13 de abril de 2021

Sobre el desafortunado abuso del adjetivo brutal y el periodismo valenciano (EsdiarioCV)

 En mis últimos artículos en EsdiarioCV reflexiono sobre el desafortunado y, sobre todo, incorrecto uso generalizado del adjetivo ´brutal´.


¿Por qué es brutal y no simplemente impresionante?


Y analizo la primera década de María Consuelo Reyna como directora de Las Provincias sobre la base de la tesis doctoral de la historiadora Ana María Cervera


El House of Cards valenciano: María Consuelo Reyna y el poder decisivo

viernes, 9 de abril de 2021

Tres lugares sorprendentes en El Toro (Castellón)

Con alrededor de 240 habitantes, el municipio de El Toro da nombre a la sierra que lo rodea y está ubicado a seis kilómetros de Barracas, la última localidad de la Comunidad Valenciana en la autovía Mudéjar antes de entrar en Aragón. Por tanto, esa carretera resulta la forma más habitual de llegar a esta población de montaña muy recomendable sobre todo para dos tipos de visitantes: quienes exploran senderos que recorrer y quienes buscan reposo absoluto en un ambiente bucólico.



Desde la cima de los vestigios de su castillo se contempla tanto el casco urbano como el entorno que lo circunda. En este último se puede disfrutar de diferentes rutas, como la de los navajos o estanques de agua, pero también de dos lugares muy singulares. Y aquí vienen las primeras recomendaciones de espacios que sorprenden por su originalidad.

La aldea de El Molinar

Únicamente puede entrarse a pie, ya que unas cadenas en sus dos accesos bloquean el paso a vehículos para salvaguardar la paz en esta especie de Shangri-La. Una de las formas de llegar, la más corta desde El Toro pero también la que reviste mayor complicación, consiste en salir de la localidad desde la calle Virgen de los Desamparados, trasversal a donde está situado el hotel restaurante Los Abriles (principal alojamiento de la población y lugar prioritario para comer) y, a unos dos kilómetros, desviarse por donde indica, en un cartel, aldea de El Molinar-nacimiento del río Palancia. Los vehículos que no sean 4x4 lo tendrán algo más difícil entre socavones y elevaciones por esta senda ampliada, hasta que se planten ante las cadenas de El Molinar.



La otra opción consiste en ir desde El Toro a Barracas, tomar la autovía en dirección a Viver, acceder a Bejís y, desde allí, tomar rumbo a la aldea. Una alternativa más larga pero también con mayor segura si se circula en un turismo.

De El Molinar llama la atención todo. Las casas situadas a diferentes alturas, la carencia de asfaltado en el interior de la aldea, la vegetación en perfecta armonía con las escasas construcciones de madera, la cascada que invita a la contemplación y el silencio, la falta de tiendas... Es una suerte de espacio recogido en plena sierra, silencioso, donde sus contados habitantes piden que se mantenga ese recogimiento, en el que merece la pena sentarse y reposar.

 Y, quien se anime, puede iniciar desde la aldea el recorrido a pie que le llevará al inicio del río Palancia: toda una aventura saltando en diferentes tramos el cauce fluvial por troncos y piedras, superando riscos y sumergiéndose entre frondosa vegetación. Se trata de una ruta de unos siete kilómetros.

El polvorín

Un recorrido peatonal interesante, aunque se inicie por carretera. En este caso vamos en dirección a Alcotas (en sentido contrario a Barracas). Ya en el extremo del municipio verás la señal que indica el polvorín y que lo sitúa a manos de tres kilómetros de distancia. A unos 600 metros comienza la senda, también anunciada en un diminuto cartel, que lleva hasta la antigua base de armamento.

El camino va ascendiendo, con tramos boscosos y otros despejados de arboleda. Aunque no aparezcan más señales hasta el lugar, no tiene pérdida. Una vez allí, solitario, podemos entrar por una de las dos puertas de esta instalación de la Guerra Civil, en un frente en el que la lucha resultó larga y enconada, y salir por la otra. No existe luz interior, ni señales ilustrativas, aunque el lugar se halla perfectamente conservado. Únicamente un cartel exterior que explica en qué consistía esta especie de refugio de unos 16 metros de extensión. Fuera, a escasos metros, queda el perímetro de lo que fue una caseta de vigilancia.

El casco urbano

El pueblo tiene su encanto montañés, rural. Lo cruzan la Travesía Mayor y su prolongación, la calle Colón. En ella se encuentra la única tienda de alimentación que hace también las veces de panadería y sus tres bares, cada con uno con sus respectivas terrazas. También se puede contemplar los soportales del actual ayuntamiento, que en sus orígenes, en el Medievo tardío, ejerció de lonja como enclave comercial y que en la actualidad constituye uno de sus principales encantos, junto a la plaza Rey Don Jaime, con su enorme fuente, donde se instala el mercado ambulante de los sábados, y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles.

En paralelo a la calle principal, con sus dos nombres, que sirve de entrada y salida de vehículos del municipio, se desata un lazo de callejuelas, de entre las cuales destaca la del castillo. En parte porque desemboca en los vestigios de la antigua fortaleza, cuyo mayor encanto resulta la panorámica que ofrece, porque quedan poco más que algunos muros exteriores, y en parte también por las diminutas callejuelas que emergen de ella. Alguna de ellas da para pasar una persona con los brazos pegados. Si los estira, posiblemente no podrá.

 Artículo que me ha publicado también www.soloqueremosviajar.com


Puedes leerlo esa web de viajes pinchando este enlace

miércoles, 24 de marzo de 2021