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martes, 17 de enero de 2012

Políticos y ciudadanos


Mientras nuestros políticos se ceban en recortar salarios y derechos de los empleados públicos y en subir la gasolina o el IRPF, el ciudadano de a pie está demostrando una paciencia infinita, más que jobiana. Recibe cada semana las drásticas decisiones del pleno del Consell y del Consejo de Ministros sumido en una nebulosa de sentimiento de culpabilidad y de impotencia. Con estoicismo insano. De momento.

Ciudadanos documentados

El pasado viernes acudí a una tertulia moderada por la periodista Emi Barberá en la que tres ciudadanos documentados analizaban la situación económica y aportaban soluciones. No eran eminentes políticos ni gurús de los mercados. Únicamente personas con sentido común y preocupadas por la situación en la que vivimos, rasgos que presuponemos muchas veces erróneamente de nuestros dirigentes. La charla la organizaba el azaroso Antonio, propietario de Vía Florencia, un local ubicado en la calle Valle de la Ballestera de Valencia, que se ha lanzado a la responsable aventura de orquestar una tertulia monotemática cada viernes.
Imagen de la tertulia en Via Florencia tomada del muro
de facebook de Antonio Domínguez
Entre los ponentes y el participativo público existente esbozaron una serie de soluciones. En cualquier caso, ninguna pasaba por la subida de impuestos. Todos comprendían que esa medida solo deja más exhaustos si cabe los bolsillos de los contribuyentes.
Algunos abogaban por actuaciones keynesianas que impulsaran la inversión estatal para crear empleo. Otros apostaban por fiscalizar los blancos y obligarles a permitir que fluya el dinero. Incluso quedó en el aire alguna aportación relativa a abandonar el Euro. Desde luego, países como Nueva Zelanda, Australia o Canadá, que se manejan con monedas minoritarias, son los que con más entereza se pasean por esta crisis mundial que a ellos apenas les inmuta.

Los argumentos y explicaciones de estos ponentes resultaron más lógicos que algunos de los que expone el conseller de Hacienda de la Generalitat, José Manuel Vela, en sus intervenciones. Cierto es que Vela dispone de más información y tiene una responsabilidad que presupone una discreción. No obstante, el hecho de que culpe con reiteración de todos los males de liquidez a la falta de colocación de los bonos patrióticos me induce a la desconfianza.

Reconocer errores

Preferiría, al igual que otros muchos conciudadanos, que reconociera los errores políticos que nos han depauperado ( lo de menos ahora es quién los haya cometido o a qué partido perteneciera).  La humildad y el realismo en sus afirmaciones constituyen la mejor base para que un político resulte creíble. A partir de ahí, a escuchar a los ciudadanos, porque quizás la lógica de la calle aporte lecciones más útiles que los soberbios ´mercados´.

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