Cientos de trabajadores de Canal 9 han comenzado a firmar
sus cartas de despido y a abandonar una empresa pública en la que han trabajado
durante cinco, diez o veinte años. Después de un bienio de agonía esperando el
instante maldito, han recogido sus utensilios particulares y han franqueado,
por última vez, una puerta por la que han entrado y salido en miles de
ocasiones.
Dramático. Tanto por lo que representa para cada uno de
ellos como por la insensibilidad social que refleja su caso. El suyo y el que,
en general, sufre la profesión periodística. Su expediente de regulación de
empleo quedó zanjado en agosto como uno de los primeros de una larga lista que
continúa. Y se cerró sin acuerdo alguno, al contrario que otros posteriores.
¡Qué abismal diferencia entre los sucedido en Radio
Televisión Valenciana comparado con el acuerdo alcanzado en Ferrocarriles de la
Generalitat! Hablamos de plantillas de unas dimensiones similares, de entre
1.600 y 1.800 empleados. FGV ha salvado, finalmente, a casi toda la plantilla. Tras
arduas negociaciones , prácticamente la cifra de despedidos reales –sin contar
prejubilaciones- no alcanzaba el centenar. Lograron hacer el ruido necesario y
demostraron su fuerza con paros y huelgas. Trastocaron la vida de los
ciudadanos y así lo percibieron los políticos.
Utilidad del servicio
Demostraron la utilidad de su servicio, algo que no ha
logrado ni RTVV ni Telemadrid ni muchas más empresas públicas y privadas
periodísticas. Por desgracia para los medios de comunicación, su valoración por
parte del ciudadano ha caído progresivamente. El ´gratis total´ de internet, el
intrusismo, algunas malas prácticas y, en definitiva, una acumulación de
errores, ha devaluado la imagen del colectivo.
Y lo ha hecho hasta el punto de considerarlo perfectamente
prescindible para gran parte de la sociedad. En el maremoto de los expedientes
de regulación de empleo los valencianos observan, impasibles, como queda
reducida a mínimos RTVV. Y su mismo caso ocurre con otros muchos medios de
comunicación públicos y, sobre todo, privados.
Pincha este enlace para leer la columna publicada en diariocriticocv.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario