Etiquetas

martes, 12 de febrero de 2013

El drama de los despidos


Cientos de trabajadores de Canal 9 han comenzado a firmar sus cartas de despido y a abandonar una empresa pública en la que han trabajado durante cinco, diez o veinte años. Después de un bienio de agonía esperando el instante maldito, han recogido sus utensilios particulares y han franqueado, por última vez, una puerta por la que han entrado y salido en miles de ocasiones.

Dramático. Tanto por lo que representa para cada uno de ellos como por la insensibilidad social que refleja su caso. El suyo y el que, en general, sufre la profesión periodística. Su expediente de regulación de empleo quedó zanjado en agosto como uno de los primeros de una larga lista que continúa. Y se cerró sin acuerdo alguno, al contrario que otros posteriores.

¡Qué abismal diferencia entre los sucedido en Radio Televisión Valenciana comparado con el acuerdo alcanzado en Ferrocarriles de la Generalitat! Hablamos de plantillas de unas dimensiones similares, de entre 1.600 y 1.800 empleados. FGV ha salvado, finalmente, a casi toda la plantilla. Tras arduas negociaciones , prácticamente la cifra de despedidos reales –sin contar prejubilaciones- no alcanzaba el centenar. Lograron hacer el ruido necesario y demostraron su fuerza con paros y huelgas. Trastocaron la vida de los ciudadanos y así lo percibieron los políticos.

Utilidad del servicio
Demostraron la utilidad de su servicio, algo que no ha logrado ni RTVV ni Telemadrid ni muchas más empresas públicas y privadas periodísticas. Por desgracia para los medios de comunicación, su valoración por parte del ciudadano ha caído progresivamente. El ´gratis total´ de internet, el intrusismo, algunas malas prácticas y, en definitiva, una acumulación de errores, ha devaluado la imagen del colectivo.

Y lo ha hecho hasta el punto de considerarlo perfectamente prescindible para gran parte de la sociedad. En el maremoto de los expedientes de regulación de empleo los valencianos observan, impasibles, como queda reducida a mínimos RTVV. Y su mismo caso ocurre con otros muchos medios de comunicación públicos y, sobre todo, privados.

Pincha este enlace para leer la columna publicada en diariocriticocv.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario