Tanto revoltijo informativo, salpimentado de corrupción, no
va a afectar a mi paladar. De entre el menú que ofrecen los medios de
comunicación me quedo con uno de los condimentos más deliciosos que, además,
tiene el sello del carácter autóctono. Me refiero a la gamba roja de Dénia. Los
cocineros de este excelente producto, del que podemos contemplar lustrosos
ejemplares a diario en la lonja municipal, han aprovechado la Feria
Internacional del Turismo (Fitur) para promocionarlo.
Más en concreto han presentado en este foro de relumbrón su
II Concurso Internacional de Cocina Creativa. La base de los platos, por
supuesto, la constituye la citada gamba roja. El objetivo tiene una doble
vertiente: por una parte, dar a conocer este crustáceo de aguas alicantinas y
las enormes posibilidades que plantea en la cocina. Por otro lado, el concurso
busca promover las visitas a Dénia –y no únicamente por internet-, una
localidad preciosa con múltiples tradiciones y una bonanza inusual en el clima.
Total, que quien se anime puede acudir a la final, con
demostración incluida, que tendrá lugar el cinco de marzo en el mercado
municipal. Para abrir el apetito, el vencedor del pasado año, el propietario
del restaurante Peix y Brases de Dénia, obtuvo el triunfo con un suquet de
gamba roja con gotas de aceite cortado y oreja lombarda. Tan solo con leer el
nombre de este plato se activan las papilas gustativas. Suena a delicioso placer
para los sentidos.
Lo dicho, basta pensar en ese suquet, o en otras posibles delicias
con gamba roja, para que se desvanezcan todas las preocupaciones y sobresaltos
que nos genera la actualidad. Para qué amargarnos con los tejemanejes de
nuestros políticos. Sí, persigámoslos y denunciémoslos hasta la extenuación,
pero que no nos estropeen algún que otro pequeño placer.
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