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sábado, 2 de febrero de 2013

Horizonte electoral (ABC)


Los cargos públicos y los aspirantes a serlo saben que ha llegado el momento de desperezarse y de acelerar el paso hacia las elecciones de 2015. Estamos alcanzando el ecuador de este mandato autonómico y municipal del que, entre tropezones, sustos y malas noticias, ya hemos sobrevivido un año y dos tercios del segundo.

Los dos grandes partidos (PP y PSOE) necesitan escasa publicidad para alcanzar notoriedad. Por sus hechos los conocen los ciudadanos. La pareja de medianos con representación en las Cortes Valencianas (EU y Compromís) cultiva la semilla del descontento con los anteriores, los más votados. Mientras, UPyD, el quinto en discordia con mayores opciones de entrar en el próximo parlamento autonómico, está centrando su estrategia en multiplicar las reuniones con todo tipo de entidades cívicas. También hurga en el vivero del votante juvenil creando grupos de estudiantes, coordinados, en el caso de Valencia, por Iñaki Fernández.

En este mismo nicho electoral tratan de hacer hincapié partidos más minoritarios como Unio. La formación de Raül Cerdà ha creado Ara-Joventuts Nacionalistes, con un ramal en gestación de sindicato estudiantil. Mientras, Units per Valencia, dirigida por Carles Choví, pica en las cánteras clásicas con actualizadas reivindicaciones de apoyo a agricultores y bandas de música.

Protesta

Por su parte, Renovacio Política apuesta por el ruido social. Mañana sábado, a las 12, Benjamín Lafarga y los suyos se plantarán en la puerta de unas Cortes vacías para pedir la renuncia a su cargo de los políticos imputados. Como anécdota tanto Units como Renovacio se verán las caras con Alianza Blanca, Iniciativa Legislativa Popular y Sociedad Civil y Democracia en una jornada organizada por la Asociación Valenciana de Politólogos (Avapol). Han reunido a los últimos en llegar.

Y para rezagados, Eduardo Ovejero, diputado autonómico del PP ´obligado´ a abrirse cuenta en twitter, como ha reconocido él mismo en esta red social. Tendrá que trabajar bastante para competir con su compañero Rafael Maluenda, tuiteador incombustible. 

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