Así de sugerente y directo se titula uno de los anuncios
(´banners´ para los anglófilos) que aparece en la web del Ayuntamiento de
Valencia. Atraído por la posibilidad de hablar con el alcalde de la ciudad a
través de la página digital, pincho. Entonces me topo con que ese diálogo oral que presuponía se convierte realmente en
la clásica cumplimentación de un cuestionario, con datos personales y
formulación de una pregunta o consulta escrita. También el verbo de acción
cambia, el ´parla´ del titular externo pasa al ´volem escoltar´ del formulario.
La teórica conversación al final queda en enviar un mensaje y esperar
respuesta.
Sí, desde luego se trata de un avance que introdujo en junio
de 2015, recién iniciado su mandato, al igual que la apertura del balcón del
ayuntamiento al público. Dos novedades de aproximación al ciudadano que, sobre
todo la segunda, llamaron la atención. No obstante, de la novedad a la rutina e
incluso después a la insustancialidad, el camino es corto. Máxime en una
sociedad cuyo cambio constante lo devora todo.