Las distancias no son excesivas, pero parece que nunca se llega al destino, sobre todo al final del otoño, cuando los días acortan. Torcemos curva tras curva para observar, después de los siguientes giros, alguno de los pueblos de las Alpujarras granadinas que se asoma con su blanco deslumbrante cual faro a la caída del sol.
Nuestro punto de partida está trazado en Bérchules
simplemente porque en su término municipal, en un cortijo atrapado en el parque
natural de Sierra Nevada, estamos alojados. Iniciamos la ruta en dirección a
Pampaneira, municipio cuyo casco urbano forma parte del selecto club de Los
Pueblos más bonitos de España.
No obstante, antes realizaremos varias escalas. La primera,
porque la fama de su jamón le precede, en Trevélez, un topónimo en el que la
ubicación del acento no siempre queda clara. Al igual que otras poblaciones de
las Alpujarras, cuenta con su barrio alto, su barrio medio y su barrio bajo.
Como la mayoría, trepa en la montaña y sus sinuosas calles suben y bajan sin apenas
descanso para el peatón ni hueco en muchos casos para el vehículo.
Los locales de venta de jamón se arraciman en torno a la
carretera, donde no queda más remedio que dejar el coche en uno de sus
laterales. Vale la pena comparar precios, porque la diferencia puede ser del
doble. En nuestro caso, nos hemos inclinado por un local más familiar y
recogido para hacer la típica compra de unas lonchas de jamón. También hemos
adquirido mermelada de higo y de queso flotando en aceite.