Etiquetas

lunes, 8 de octubre de 2012

Mayoría silenciosa

El escritor Antonio Gala definía a la perfección, en unas recientes declaraciones, la actitud del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ante las protestas que proliferan por toda España. “No servirán de nada porque están dirigidas a un sordo”. Lo decía en sentido figurado, me refiero a la sordera, pero con una fuerte carga de realismo.

El presidente del Gobierno repite constantemente su ´mantra´ -porque para él tiene concepto de sagrado- de que la prioridad total consiste en recortar el déficit. Para lograrlo, todo vale, se lleve por delante a quien sea. Desde su subjetivo punto de vista a partir de ahí vendrá el crecimiento. Y subrayo esta última afirmación porque no constituye una verdad absoluta que tanto recorte vaya a implicar mejora futura alguna. Más bien parecemos condenados a lo contrario.


En cualquier caso su empecinamiento lo ha convertido en norma de obligado cumplimiento para sus correligionarios políticos, entre ellos los valencianos. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anda atrapado entre esa imposición y la herencia letal de su antecesor, Francisco Camps, plasmada en una deuda galopante. En esta tesitura, qué hace. Aplicar idénticas tijeras.

Noqueado
Cierto que ni su rostro ni sus actuaciones muestran la misma sensación que refleja Rajoy de creerse poseedor de la verdad absoluta e indiscutible. Fabra anda cansado y transmite una sensación de gobernante noqueado, literalmente, por las circunstancias.
El problema, el verdadero problema, consiste en que los realmente damnificados por esas circunstancias y por las erróneas y volubles decisiones de los políticos de turno son los ciudadanos, sus gobernados. Cada recorte deja una legión de damnificados. Sí, muchos forman parte de esa mayoría silenciosa a cuyo carácter apacible se encomiendan nuestros presidentes autonómico y estatal. Hasta que, hastiada y destrozada, se le agríe ese carácter y saque toda la rabia e impotencia que tiene dentro. Entonces Rajoy tendrá que hacer algo más que sentarse a fumar un puro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario