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| 20 minutos. Pág. 2 Comunidad Valenciana (21-11-2012) |
Hace cinco años él trabajaba de comercial
en una sociedad vinculada al sector de la construcción. Por internet conoció a
una chica rusa que había emigrado a España en busca de una situación
existencial y laboral mejor. Casados, cimentaron su relación.
Un lustro después ella ejerce de
traductora en una empresa española de exportación. No tiene dificultades para
encontrar trabajo. Él, en cambio, lleva varios años desempleado y, hastiado de
no hallar salidas laborales, se ha marchado a San Petersburgo para ejercer de
operario en la empresa de unos familiares de su esposa. Le aseguran que
progresará si aprende ruso.
El mundo al revés. Ella, rusa, reside en
Valencia con buenas perspectivas profesionales. Él, valenciano, ha cogido el
petate y, con dolor y a la vez con optimismo, ha iniciado un éxodo temporal al
país de su mujer. ¿Quién se lo iba a decir años atrás? Así es la vida y esta
pareja ha sabido adaptarse a una coyuntura que, de todo corazón, espera que sea
efímera.
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