El mes de agosto, con el tradicional freno que supone a la vorágine informativa, ha dado pie a concienzudos y documentados análisis sobre la situación política de la Comunidad Valenciana. El desgaste y la carencia de apoyos del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra; la difícil situación del secretario general del PP, Serafín Castellano, al filo de la imputación; o la falta de respaldo electoral del PSPV han servido de base para diseccionar la coyuntura actual.
Después de profundizar en el contexto previo, llega el momento, iniciado el mes de septiembre, de retornar a los hechos. Queda menos de año y tres trimestres para las próximas elecciones municipales y –excepto si Alberto Fabra firma adelantar el proceso- para las autonómicas. La proximidad comienza a resultar apremiante. Quienes se juegan su futuro –los 99 diputados regionales y la infinidad de alcaldes, concejales y asesores- ya observan el final de su contrato con los votantes y quieren saber qué va a pasar.
Los del PP se preguntan si tanto Rajoy como especialmente Fabra van a adoptar medidas que les permitan taponar impagos y reconciliarse, aunque sea de manera provisional, con su electorado. Los del PSPV, por su parte, se cuestionan si su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, mantendrá por mucho más tiempo la provisionalidad que vive su formación desde que se ha hecho cargo de ella. También si Ximo Puig encabezará la próxima candidatura autonómica y si lo hará atenazado (o imbuido, según se mire) por el ´lermismo´. Si será más de lo de casi siempre, vamos.
En esta coyuntura, y ante el crecimiento de EU y Compromís, una porción destacada del electorado de centro-derecha busca nuevos referentes. Vuelve su mirada hacia UPyD y hacia los nuevos partidos valencianistas que, con ilusión y entusiasmo, están emergiendo. Léase Renovacio Politica, Unio, ANV o la plataforma de Carles Choví. También, ya sin ese matiz autóctono, hacia el CDL de José Enrique Aguar. O incluso a Alianza Blanca, de Pilar Rueda, más centrado en liberar la energía positiva del ser humano.
Este curso político resulta decisivo. La legislatura está ya demasiado avanzada como para que unos y otros pierdan más tiempo en debates estériles o en ocultar errores. Hasta junio de 2014 tienen para demostrar de lo que son capaces. Después llegará el verano y, tras de sí, la campaña electoral de mayo de 2015.
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¡Excelente análisis Héctor!
ResponderEliminarTal vez yo añadiría en cuanto al tema PSPV, la duda de si Ximo Puig encabezará dicha lista. No estoy yo tan seguro (aunque no asevere lo contrario).
En tu lugar, si es que te interesa, seguiría muy de cerca los pasos del Portavoz socialista en Les Corts, Francesc Romeu.
¡Un abrazo!
Gracias, Fernando, por tu comentario y por tu aportación. Coincido plenamente. Queda más de año y medio para las próximas elecciones y todavía pueden pasar muchas cosas tanto en el PP como en el PSPV. Una de ellas es que Ximo Puig pierda las primarias de su partido. Dudo, eso sí, de que Romeu las gane. Puede haber terceros candidatos.
ResponderEliminarUn abrazo