Los sondeos y la opinión de ciertos augures vaticinan una
alta abstención en las elecciones del próximo 25 de mayo al Parlamento Europeo.
No obstante, confluyen diversos factores que inducen a pensar lo contrario. Por
una parte, desde otoño de 2011 los españoles no han tenido opción de participar
en unos comicios. Han transcurrido dos años y medio desde aquellas elecciones
generales y han sucedido demasiados acontecimientos como para que los
ciudadanos permanezcan indiferentes. Más bien muchos tendrán ganas de
pronunciarse.
Por otra parte, han irrumpido nuevos partidos (Vox,
Ciutadans, Podemos, Proyecto Europa) que, como cualquier novedad por
antonomasia, transmiten ilusión. También la pujanza de otros más veteranos
–aunque no mucho-, caso de UPyD o Compromís.
El tercer factor consiste en la capacidad de movilización de
los dos grandes, PP y PSOE, para conseguir un resultado digno, que no sea
interpretado como derrota y presagio de aquello que pueda suceder en las
autonómicas y locales de 2015.
Columna de opinión publicada en el diario 20 minutos.
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