Tenemos la base en un cottage o casa de campo típica de la campiña británica a unos cinco kilómetros de Bridgwater, una localidad de unos 35.000 habitantes ubicada en el condado de Somerset, bajo de Gales, a una hora de Bristol más o menos.
Desde el aeropuerto de Southampton, donde recogemos el coche
de alquiler, tardamos unas dos horas y media en llegar. La última la hacemos
por carreteras que son la marca de este condado: muy estrechas, entre una
vegetación sumamente cuidada.
El primer día completo de estancia lo empleamos en una excursión a Glastonbury, población que destaca, sobre todo, por la enigmática torre de San Miguel, del siglo XV, elevada sobre una colina. La perspectiva desde abajo resulta espectacular.
La subida es en zigzag por la ladera. Pertenecía a un antiguo monasterio que ardió. En este municipio también resalta su abadía, donde hay una fiesta privada cuando nos acercamos. Está lleno, en general, de turistas autóctonos que asisten a su conocido festival.