20 minutos CV. Pág 20 (20-11-2013) |
El trabajo de hornero exige de tanta
dedicación como vocación. Obliga a largas jornadas laborales nocturnas casi vitalicias
con uno o ningún inciso de descanso a la semana. Todo ello combinado con elevadas
dosis de cualidades vendedoras, ingenio para innovar y un mínimo de
organización para gestionar. En todo caso, aquello que verdaderamente distingue
un horno es la calidad y el carácter artesanal de su confección.
Esta circunstancia contrasta con la
proliferación de puntos de venta de pan en los últimos años. Muchos de ellos
ofrecen, con el mismo nombre, un artículo rebajado en calidad y precio respecto
al original. Hacer pan con masas congeladas resulta fácil; en cambio, elaborar
una crujiente barra de ´pueblo´ o ´gallego´ no lo es tanto. Tiene un mérito
innegable y un precio mínimo necesario. La situación económica ha devaluado la
profesión de hornero, al igual que ocurre con otras. Hasta el punto de que algunos
de sus locales más emblemáticos se tambaleen o hayan cerrado.
Columna publicada en el diario 20 minutos. Pincha este enlace para leer la edición completa de hoy
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