Uno de los almuerzos más tradicionales valencianos consiste en degustar un bocadillo de longaniza y morcilla (blanco y negro o blanc i negre) salpimentado con habas. Normalmente se hace acompañándolo de una picada que contiene, en diferentes platos o cazuelitas de barro, cebolla encurtida, tramussos (altramuces), cacao del collaret (que se caracteriza por sus dos granos por vaina) y aceitunas machacadas.
El cocinero de la localidad de Foios Toni Carceller
(conocido por sus apariciones en el televisivo programa Masterchef), la
carnicera Natalia Estellés (propietaria de Palanca Carnissers, con local en el
Mercado Central de Valencia) y Anabel Navas, (la innovadora empresaria que
dirige el restaurante Mi Cub, en el Mercado de Colón de la capital valenciana),
han sumado su ingenio para darle un giro, para acercar un bocadillo tan clásico
a paladares que buscan gustos novedosos.
El resultado ha sido el denominado ´mollete valenciano´. Han cambiado el pan habitual del blanco y negro, que suele ser la pataqueta, por el circular del mollete, más propio de Andalucía, del que les ha surtido el prestigioso hornero también valenciano Jesús Machí.