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| 20 minutos CV. Pág. 2 (15-05-2013) |
El perfil de local comercial urbano está variando. En los últimos meses han comenzado a poblar los bajos de Valencia negocios como lavanderías, heladerías de nueva creación o churrerías en espacios cerrados y más asépticos que rompen el molde del tradicional puesto callejero.
Del mismo modo proliferan los establecimientos especializados en yogures, las tiendas de ropa a bajo precio, las librerías con salón de lectura o tertulia incorporado, las puntos de venta de objetos de decoración y variopintos artilugios de regalo y las panaderías de cadenas como Pan Pan y, sobre todo, Panaria.
La necesidad y el ingenio llevan a muchos emprendedores más allá del manido recurso de abrir un bar, máxime si no se dispone de un cocinero de cierto nivel e inventiva. El potencial cliente busca originalidad, ya sea en forma de yogur, buñuelo, helado o collar para obsequiar. Y por ese camino pueden prosperar todos estos negocios. De momento renuevan la fisonomía de Valencia.
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