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sábado, 11 de septiembre de 2021

Francia: Marsella y Le Castellet

Hay ciudades que te sorprenden, otras que te encandilan, algunas que te decepcionan y unas cuartas que responden a la imagen que te habías trazado de ellas. Marsella se encuentra en esta última clasificación, salvando alguna excepción como el barrio de Le Panier.

Gris, portuaria, sórdida en algunas calles, con un constante olor a orín, caótica en la conducción, cara… Sí, la impresión no ha resultado muy positiva. Cuesta aparcar y cuando lo haces en algún parking céntrico, como el de La Bourse -un centro comercial construido sobre unos vestigios romanos- te enfrentas a un abono que supera los tres euros la hora. Los platos en la mayoría de los restaurantes no bajan de los 14 euros -si pides el del día-, y recorrer en vehículo algunos tramos de la misma urbe requiere el pago de peaje.


El paseo comienza en el concurrido mercado ambulante de frutas y verduras de la calle de Le Musée, junto a su parada de metro. Es un batiburrillo de gritos llamando a la compra, personajes que se entrecruzan y el olor a orín que acompaña constantemente. A esa sensación le sumas la de sentir más de una vez que tu cartera corre peligro de desaparición. En el centro no nos cruzaremos con un solo agente de policía.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Francia: Aix-En-Provence y Cassis

 Despertamos en la hacienda francesa, cuyo alojamiento principal consiste en una especie de mansión en decadencia con un jardín que más bien asemeja un bosque por su tamaño. En ella alquilan habitaciones, a las que se accede por una intrincada escalera de caracol. Nos espera el clásico desayuno francés de cruasán, pain au chocolat y mermeladas variadas más mantequilla con una barra de pan.

Estamos en la periferia de Marsella, en le Chemin du Four du Buze. El entorno no resulta demasiado agradable para realizar un paseo matutino de exploración. Nos hallamos en una urbanización apartada, enclavada en una barriada bastante despoblada.

Nuestro primer objetivo del día es Cassis, una localidad exaltada por su vino y reconvertida de puerto pesquero en emporio turístico. Las calles rebosan de visitantes y los restaurantes están atestados. Aparcar incluso en los parkings públicos resulta difícil, pues los más céntricos se llenan en seguida y unos cuantos coches esperan, con la barrera bajada, a que quede una plaza libre.

martes, 7 de septiembre de 2021

Eslovenia (VI): Ljubljana al atardecer, cuevas de Krinza y regreso

 Hoy el día se divide en tres etapas de recorridos programados. La primera tiene como destino uno de los parques naturales más antiguos de Eslovenia: el de Rakov Skocjan, cerca de Postojna. Cuenta con varias rutas no excesivamente señalizadas para pasearlas. Escogemos la más corta y circular, que nos llevará algo más de una hora, por subidas y bajadas, con panorámica de dos ´puentes´ naturales formados por rocas: el grande y el pequeño, una cueva, una laguna... Pasa por el hotel.



Desde allí nos vamos a comer a un restaurante situado justo frente al castillo de Predjama, el que está incrustado en una montaña. En Eslovenia, por el momento, no hemos encontrado platos autóctonos de relevancia, más allá de variedades de gulash, el clásico filete empanado austríaco que se extiende por su vecino del sur, o derivados culinarios de las salchichas alemanas. Sí que comemos el dulce de Postojna, una especie de hojaldrado relleno de nata y flan. En cualquier caso, lo que prima del local son las vistas.

Y por la tarde nos desplazamos a la Ljubljana vespertina. Cuando acudimos la pasada semana el calor derretía las calles, pero ahora, a partir de las siete de la tarde, la gente las abarrota, no quedan mesas libres en las cafeterías y restaurantes que bordean el río del mismo nombre de la ciudad, o el entorno del mercado, repleto de pequeños puestecitos saturados de personas que buscan cualquier sitio para disfrutar de su copa de vino y plato de calamares, el pescado más habitual que hemos encontrado en los restaurantes eslovenos. Ambientazo, vamos.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Eslovenia (V):... Y Trieste

Hoy decidimos desplazarnos hasta la cercana ciudad italiana de Trieste, Trest en esloveno, situada a poco más de una hora de nuestra granja y punto de tránsito habitual entre ambos países e incluso a otros situados a mayor distancia, como España, ya que existen numerosos vuelos desde esta urbe de Italia a diferentes poblaciones españolas.

¡Cómo se nota el cambio de país! En cuanto nos adentramos en el interior de Trieste empiezan las motos a zigzaguearnos, a la mínima escuchamos el sonido del claxon de otros vehículos atosigando, los peatones que se cruzan… Nos cuesta una media hora encontrar aparcamiento en un parking subterráneo, a 1,80 euros la hora.

El primer lugar al que acudimos es a la piazza de l´Unità, uno de los grandes emblemas de la ciudad y donde, además, se sitúa la oficina de turismo. Desde ahí caminamos hasta el teatro romano, radicado a unos 300 metros. Pueden contemplarse casi todos sus detalles desde la misma acera.

 Si sigues por esta última, a unos 20 metros existe un parking público en cuyo interior, después de un largo pasaje, hay un ascensor que te eleva hasta el antiguo foro romano, donde se hallan el castillo de San Giusto y la catedral del mismo nombre. El interior de esta última llama poderosamente la atención por la mezcla de estilos, representado, sobre todo, por columnas romanas ejerciendo de sostén del templo. El castillo también tiene una mezcolanza estilística, ya que fue construido entre el siglo XV y el XVII.

Bajamos en dirección hacia el puerto y paramos a comer en un restaurante sin pena de gloria donde nos cobran cuatro euros por persona por cubiertos y pan, una costumbre italiana -la de cobrarte por ponerte servilleta, tenedor, cuchillo y pan en la mesa- que dolorosamente encarece la cuenta.

Entramos en la iglesia ortodoxa, con su bandera griega, en primera línea de costa, vemos el gran canal, contemplamos el arco (con un edificio pegado) del siglo I, transitamos varias veces por la piazza de l´Unità, ya que las principales calles desembocan en ella y, después de tomar un helado en un abarrotado local, pagamos el parking (no nos han dado tíquet, sino que se han quedado las llaves del coche directamente) y emprendemos el camino de regreso con ganas de volver a los paisajes naturales eslovenos. 

sábado, 4 de septiembre de 2021

Lo que viene después de las Fallas de septiembre


 

Pensar en verano en Fallas rompe con todas las ideas preconcebidas y costumbres adquiridas sobre la fiesta. También supone reactivar la vida en Valencia en plena calina estival y antes del comienzo del curso escolar, que es el que en la práctica marca el calendario del inicio de las rutinas y da carpetazo a la relajación veraniega.

En septiembre entraremos en otra dimensión más acelerada de la vuelta de vacaciones. Salvo anulación de las fiestas, que todo resulta posible ante el azote de la pandemia y la falta de un cronograma que marque restricciones en función de la incidencia, la Valencia política también se reactivará antes de lo habitual. Además, lo hará en una época de mandato decisiva, cuando ya hemos entrado en la segunda parte, en los últimos dos años.

A partir septiembre de 2021, con las elecciones locales señaladas para el último domingo (el día 28) de mayo de 2023, quienes forman parte del equipo de gobierno ya empiezan a pensar que lo que tienen (en sueldos, status, influencia…) pueden perderlo en poco más de año y medio, que el final está más cerca. Y, por el contrario, los partidos que no gobiernan ven con mayor proximidad la conclusión de su travesía por el desierto de la oposición. Todos, en definitiva, saben que la cita con el electorado valenciano se acerca y que deben agilizar su maquinaria para que vaya sembrando el poso de su gestión. Las Fallas acelerarán la vuelta a la actividad y al frenesí político en septiembre.

En esa misma línea se multiplicarán las conversaciones sobre quién encabezará la candidatura de cada formación. De si el actual alcalde, Joan Ribó, con 74 años en 2023, no se volverá a presentar (personalmente llevo meses apostando a que sí lo hará.  Le insistirá Compromís por su tirón con una parte del electorado), de si la vicealcaldesa primera, Sandra Gómez, encabezará de nuevo la candidatura del PSPV, de si tal o cual persona puede ir al frente de Vox y de qué pasará con Ciudadanos. El único rostro claro de cartel electoral, de momento, parece el de la candidata del PP, María José Catalá.

También emergerán nuevos partidos, comenzará a dar síntomas de rebrotar alguno antiguo que parecía defenestrado electoralmente y ciertos ciudadanos de a pie mostrarán su intención de participar en la vida política de la ciudad con nuevos proyectos que intentarán romper con el oligopolio político establecido. En cualquier caso, todo esto será a partir de septiembre. Hasta entonces, y en la medida de lo posible, relajémonos.

Artículo publicado en el número de julio de El Periódico de Aquí.

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viernes, 3 de septiembre de 2021

Eslovenia (IV); Lugares menos conocidos

Hoy, después del paseo matutino controlando ya caminos rurales sin tráfico, nos lanzamos a por dos pequeñas joyas urbanas eslovenas que no se hallan demasiado lejos de nuestra ubicación, en el centroeste, con ligera tendencia hacia el sur, del país.



Después de unos 70 minutos de conducción hacia al norte, a unos 20 kilómetros pasados Ljubljana, nos adentramos en Skofja Loka. Dejamos el coche en un amplio aparcamiento de acceso gratuito situado en lado contrario del río de donde se ubica el casco histórico. A este no pueden entrar vehículos.  Un amable lugareño nos cede su ticket de aparcamiento, al que le queda hora y media para consumir, en un espacio en el que puede dejarse el vehículo 120 minutos. No existen barreras de accesos y tampoco localizamos las máquinas expendedores de esos carteles de estacionamiento.

El encanto reside en callejear, sobre todo alternando sus puentes, y en subir hasta la cima, donde se ubica el castillo. En este se puede acceder libremente a los extensos jardines, en los que mantienen, a modo de museo etnográfico, una vivienda de madera del siglo XVII, un carruaje y algún que otro apero de labranza.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Reino de Valencia. Curioseando Valencia (EPDA)



 

¡Vivan las Fallas septembrinas!

¡Cuántas ganas de Fallas! Aunque resulten edulcoradas, de circunstancias, con restricciones, en una época inusual y envueltos en una situación compleja. Es lo que hay y lo que se puede hacer. Ante los avatares del destino, a los humanos no nos queda más solución que adaptarnos y buscar la parte positiva.

En este caso, la época del año para celebrarlas, septiembre, me parece un acierto, aunque no haya sido escogida por gusto. Se desarrollarán justo antes del inicio de curso, con lo que no provocan parón alguno en la planificación lectiva. También, el hecho de que se festejen en ese mes todavía estival permite que muchas personas que trabajan puedan pedir sus vacaciones cuando sus empresas o administraciones -si son empleadas públicas- todavía no han retomado su frenética actividad y siguen con el ralentí –más o menos ligero, depende de cada cual- de agosto.



Del mismo modo, puede resultar más sencillo que cualquier visitante que no conoce los festejos o que no los frecuenta pueda disfrutarlos –dentro de las inevitables limitaciones- en su periodo de vacaciones estivales sin necesidad de dejarse días o pedirlos a propósito para desplazarse a Valencia en Fallas.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Eslovenia (III): Por sus 40 kilómetros de costa

Por fin descubro caminos forestales por los que moverme para evitar las carreteras comarcales. Me ha costado, porque desde la granja solamente los hay en una dirección, para ascender a las aldeas cercanas. Al contrario que en Francia, por ejemplo, aquí la gente con la que te cruzas es de poco darse los buenos días. Te responden si les diriges un saludo, pero en muchos casos ni te miran. En general, como podemos comprobar en nuestros recorridos, no rebosan simpatía. No es que resulten antipáticos los eslovenos, pero sí más bien secos y poco expresivos.

Hoy nos encaminamos hacia la costa adriática, a los 40 kilómetros que tiene Eslovenia debajo de Trieste, entre Italia y Croacia. Primero nos dirigimos hacia Koper, a unos 80 kilómetros de nuestro pueblecito. Dejamos el coche en el aparcamiento del mercado, donde la primera hora no te cobran y a partir de ahí cuesta un euro cada 60 minutos.



Nos adentramos en la calle principal, donde hay alguna de las tiendas de zapatos que otorgan cierta fama a la localidad, hacia la plaza central, donde se ubica la torre defensiva y campanario, a la que posteriormente se añadió la iglesia, la logia, que ahora deslumbra como lujosa cafetería, o la escalinata centenaria que permite atisbar una mejor vista de la citada plaza. Nos sentamos en una curiosa terraza ubicada en una de sus esquinas, en la que relata la historia del músico Tartini.

lunes, 30 de agosto de 2021

Eslovenia (II): Ljubljana y el tren de la cueva de Postojna

 Nos lanzamos a visitar Ljubljana, la capital. Repetiremos. La tenemos a una distancia de unos 50 kilómetros, 30 de ellos por autovía. Adquirimos la tarjeta que hay que llevar pegada en el parabrisas delantero obligatoriamente en este país para conducir y que cuesta 15 euros si es semanal (tiene formato mensual y anual también). Después de la experiencia austríaca de hace unos años donde nos paró la policía para advertirnos de la tarjeta nacional obligatoria al poco de traspasar la frontera desde Suiza, no tardamos en adquirirla en una gasolinera, lugar más sencillo para comprarla.



Dejamos el coche en el parking del Congreso (nos saldrá a casi dos euros la hora). El sol ahuyenta a la gente de la calle. Recorremos el equivalente al mercado central de productos de alimentación, bastante más pequeño que el plantado en el exterior repleto de puestecitos en pleno centro. Pasamos por la plaza del compositor Preseren, con su estatua marcando el ritmo de la ciudad frente a la iglesia franciscana.

Nos sentamos en una terracita que flota como una balsa sobre el río Ljubljana mientras contemplamos los barcos que van en una y otra dirección llevando turistas (están a unos 8 euros de media por adulto 45 minutos). Recorremos de un lado a otro los tres famosos puentes, prácticamente pegados. El denominado de Los Carniceros resulta muy identificable por los miles de candados que cuelgan de él y que la gente ha ido colocando.

sábado, 28 de agosto de 2021

Eslovenia (I): Llegada y primeras impresiones

 Llegar a Eslovenia, al pequeño municipio donde nos alojaremos, Lipsenj, supone prácticamente dos días enteros de viaje en coche desde nuestro punto de partida: Valencia. El primero lo empleamos en alcanzar la frontera española de la Junquera y en ir dejando atrás, ya en Francia, Perpignan, Montpellier, Marsella…, hasta aparcar, sobre las 20,45 horas, en el pequeño pueblo de Bouyon, situado a la altura de Niza, pero en terreno montañoso, en la Côte d´Azur. Allí cenamos y dormimos tras 12 horas de coche en las que apenas hemos hecho breves paradas para comer y estirar las piernas.



El segundo día iniciamos el recorrido sobre las 8,30. Dejamos atrás Mónaco y comenzamos el tránsito por Italia. Vamos sobrepasando Génova, Turín, Milán, Brescia, Venecia… todo en autopista de pago porque no existe alternativa sin peaje que no suponga sumar bastantes más horas. La gasolina tiene un precio similar al de Francia, alrededor de 1,70 euros el litro de 95. El recorrido supone casi un adelantamiento continuo de camiones.

domingo, 22 de agosto de 2021

Villafranca-O´Cebreiro (Etapa VI. Camino de Santiago 2021)

Me cuesta dormirme pensando en el ritmo acelerado que tendré que imprimir mañana. La web especializada Gronze calcula 7 horas y 30 minutos para realizar esta etapa reina, de ascenso hasta O´Cebreiro. Sobre esa base, saliendo a las seis, dispondría de poco más de media hora para conseguir taxi y que me transportara a Pedrafita d´O Cebreiro, cuatro kilómetros más lejos, donde se encuentra la parada del autobús a Ponferrada.



Antes de las cinco ya estoy despierto, aunque decido apurar más en la cama para descansar unos minutos extra que creo que me irán bien ante lo que me espera. A las 5,45 me pongo en pie y a las 6,15 ya estoy en camino. A oscuras, porque toca atravesar un tramo en la misma carretera y sin luz alguna hasta empalmar con la nacional.

La bendición del párroco de Ponferrada me acompaña, ya que justo delante de mí salen dos peregrinos con una linterna anudada a su cabeza. Me pego a ellos y les agradezco la compañía. Gracias a esa iluminación -sí, sé que siempre me queda el teléfono móvil para alumbrar, pero no quiero gastarlo en exceso por si se me complicara la etapa- recorro sin problemas los aproximadamente dos kilómetros hasta que llegamos al carril para peregrinos pegado a la autovía, que ese sí tiene balizas que iluminan.

A las 6,45, cuando ya más o menos puedo vislumbrar entre la penumbra, les doy las gracias y adelanto para subir el ritmo. La primera parte de la etapa resulta más o menos llana. Como voy a buen ritmo decido no parar como hago habitualmente a los diez kilómetros (que sería aproximadamente en Trabadelo) y continúo algo más, hasta Valcarce, donde paro en un restaurante de carretera muy frecuentado por camioneros a esas horas (poco antes de las nueve de la mañana). Devoro mi ya apreciado bocadillo de lomo y queso regado con leche y Colacao. Me paro a pensar que difícilmente en otra circunstancia haría esa mezcla de comida y bebida.

viernes, 20 de agosto de 2021

Ponferrada-Villafranca (Etapa V. Camino de Santiago 2021)

 Esta vez inicio en solitario la etapa y lo hago por el alargado tramo que conduce hacia la salida de Ponferrada. A las 6,30 horas empiezo mi caminar por un itinerario que discurrirá entre viñedos y que tiene una distancia aproximada de 25 kilómetros sin grandes dificultades previstas. Transcurre entre tranquilas poblaciones. Paso incluso junto a la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinícola de El Bierzo. Apenas me cruzo con una veintena de peregrinos, ninguno de ellos de los habituales de las anteriores etapas.

miércoles, 18 de agosto de 2021

Foncebadón-Ponferrada (Etapa IV. Camino de Santiago 2021)

 



A las cinco ya estamos despiertos después de una noche en la que hemos dormido regular. Finalmente no ha venido la tercera persona con la que teóricamente, según nos anunció la propietaria del albergue, compartiríamos habitación. Las camas son las usuales con cubierta de plástico que las convierte quizás en más higiénicas pero, desde luego, en menos cómodas.

A las 6,30, también sin desayunar (ya llegará el almuerzo que compense), iniciamos la ruta ateridos por el frío de la montaña. ¡Cómo será recorrer esta etapa en pleno invierno!

El primer tramo constituye un ascenso continuo hasta la mítica y tantas veces contemplada en imágenes Cruz de Ferro, en la cima del puerto de Foncebadón, a más de 1.500 metros de altura. Una vez asciendes y superas el montículo de piedras que cimenta su base, lanzas una que teóricamente has llevado hasta allí hacia atrás y pides un deseo. Cumplo exactamente el ritual al tercer intento, ya que al primero la he tirado hacia el montículo y al segundo, antes de superarlo.

lunes, 16 de agosto de 2021

Astorga-Foncebadón (Etapa III. Camino de Santiago 2021)

Salimos a ocho grados el día 1 de agosto, con pantalón largo y doble capa en la parte superior del cuerpo. Hoy la etapa resulta más dura, aunque el inicio llano no lo hace prever. Mi compañero caminante ha sembrado desde el primer día unas ampollas en ambos pies que han dado su desdichado fruto y le obligan a andar cada vez más despacio, mirando mucho dónde y cómo pisa.

Paramos en Santa Catalina de Somoza, más o menos diez kilómetros después del inicio, para comer un bocadillo de lomo con queso y beber algo caliente. Sigue haciendo frío, aunque a estas horas han subido algo las temperaturas. A partir de Rabonal del Camino el ascenso se complica bastante con una subida prolongada en la que has de pensar en que lugar pones el pie para no resbalarte con algún pedrusco y caerte. La temperatura, ya elevada, hace más penoso el recorrido, sobre todo para mi amigo.




Llegamos a las tres de la tarde a Foncebadón, una localidad casi prefabricada, una especie de espigado refugio de montaña compuesto casi exclusivamente por bares y albergues arracimados en una única calle, en la que únicamente una parte, hasta la iglesia, se halla asfaltada. En este albergue nos proporcionan sábanas de usar y tirar. Terminó la suerte de los precedentes.

sábado, 14 de agosto de 2021

Hospital-Astorga (Etapa II. Camino de Santiago 2021)

La etapa de hoy es tan corta que nos permitimos alargarla por un tramo más rural alternativo para que abarque 18 kilómetros, una distancia en cualquier caso muy modesta comparada con las habituales de El Camino y las que nos esperan los próximos días. Nos damos el lujo de levantarnos algo más de tarde y de iniciar el paseo sobre las ocho de la mañana.




Pequeños ascensos y descensos, ruta empedrada separada de los pueblos, tránsito junto a campos de lúpulo en esta zona de la que Juan (el propietario del anterior albergue) nos informó que es la más fértil de España en esta planta empleada en la elaboración de cerveza.

Llegamos a la cruz de Santo Toribio, en un pequeño promontorio desde el que se contempla Astorga. Día nublado y frío, con el habitual viento fresco. Entramos en la ciudad poco antes de las 12 horas, después de atravesar una desproporcionada pasarela de unos 300 metros, repleta de curvas, que únicamente permite superar una vía.

jueves, 12 de agosto de 2021

León-Hospital de Órbigo (Etapa I. Camino de Santiago 2021)

 


Teóricamente empezamos con la más larga de las etapas que nos esperan: 32 kilómetros- La iniciamos a la hora prevista, las siete, que más o menos se convertirá en la cotidiana de inicio de recorridos. La salida de León se hace larga, como suele ocurrir en las ciudades, porque atraviesas polígonos o localidades pegadas. En este caso sucede lo último, ya que transitamos por Trobajo o La Virgen del Camino. Vamos todo el tiempo junto a la carretera nacional, por un terreno más o menos llano.

Almorzamos en un bar de madera prefabricado que atiende una mujer, acompañada de su hijo de unos ocho años, en San Miguel del Camino. No nos cruzamos con muchos peregrinos. Será la tónica de los próximos días. Quizás el año pandémico, pese a ser Xacobeo, o puede que no destaque como uno de los tramos más transitados.

La ligera brisa -que algunos días nos dejará casi helados- evita que nos achicharremos a partir de las once ante la potencia del sol y las altas temperaturas (la tarde anterior en la ciudad de León superábamos los 35 grados). El último tramo de siete kilómetros, desde San Martín, se nos hace largo. Llegamos justo para darnos una ducha y bajar a comer. Nos han adjudicado una habitación doble en el coqueto albergue de los Hidalgos.

martes, 10 de agosto de 2021

Comienzo desde León de un nuevo tramo del Camino Francés de Santiago (Año III)


 

Comienza una nueva experiencia en El Camino de Santiago. Esta vez el tramo escogido posiblemente resulta el más exigente por su perfil montañoso. Como afirma el aforismo tan apropiado para la ocasión: “todo se andará”.

Con el objetivo de llegar hasta su origen, León, recurrimos al tren de velocidad rápida Alvia, que en cinco horas y media nos transporta desde Valencia hasta la capital leonesa, con escalas en Requena, Cuenca, Madrid o Palencia y con destino final -hasta allí ya no llegamos- Gijón.

La estación se halla a menos de un par de kilómetros del centro. En nuestro primer albergue nos alojan en una habitación de ocho camas para los dos. Las medidas covid mandan, lo cual nos convertirá en huéspedes más solitarios en la mayoría de alojamientos y mantienen las distancias al cerrar espacios comunes como los comedores de albergues. Nos proporcionan sábanas, toalla y edredón, algo no habitual en muchos alojamientos de estas características.

Como nos queda todavía algo de tarde, aprovechamos para visitar el edificio más emblemático de León: su catedral. Por seis euros la entrada, recorremos, con la explicación que nos aporta nuestro propio teléfono móvil tras escanear un código QR en la entrada del edificio, la catedral en cinco etapas cronometradas en una media hora. Nos impactan sus vidrieras.

Desde allí nos dirigimos a la Colegiata con la intención de visitar el cáliz de Doña Urraca, pero apenas dispondríamos de media hora para recorrer todo el edificio y las murallas, por lo que preferimos dejarlo para otra ocasión y optamos por un paseo por la calle del Cid y por la de Orduño II. Nos sorprende la escultura de un león saliendo de la alcantarillada, el castillo diseñado por Gaudí, los bares del barrio Romántico y del Húmedo, donde, por cierto, tomamos tapitas que te sacan cuando pides algo de beber. Helado y vuelta al albergue para repasar el recorrido de la primera etapa. Porque León ha sido solamente el preámbulo.

miércoles, 30 de junio de 2021

Recorrido por la Toscana valenciana: viñedos, el guerrero de Moixent y la leyenda de un sacerdote

Existe una zona singular de viñedos en la provincia de Valencia que, debido a la acumulación de plantaciones y de bodegas en muy poco espacio, ha recibido el cariñoso apelativo de la Toscana Valenciana. Abarca tres municipios: Font de la Figuera, Fontanars dels Alforins y Moixent. Se ubica en el suroeste de la provincia.

Moixent (o Mogente, en castellano) además de por sus cosechas, resalta por su yacimiento ibero que muestra la antigua ciudad en la bastida de Les Alcusses. De estos restos poblacionales sobresale la pequeña figura (apenas ocho centímetros) del guerrero de bronce del siglo IV A.C. que constituye el emblema de Moixent y cuyas réplicas ocupan multitud de espacios públicos.



La visita al yacimiento resulta gratuita. Situado en una extensa pinada, es de esos lugares  donde la imaginación y los paneles (aunque no resultan muy prolijos en información) permiten plantearte lo que hubo, porque apenas quedan los restos, la base. En cualquier caso, por su antigüedad merece la pena recorrerlo en una visita que se realiza casi en circuito ovalado. Por ello y por las vistas que abarcan una gran extensión de viñas.

Antes o después puedes dirigirte a una de las bodegas más reputadas de la zona: Celler del Roure, que organiza recorridos guiados con cata de tres vinos previa reserva. Para sorpresa del visitante, primero se topa con unos pollinos pastando y con gallos cacareando sobre un terreno que luego descubre que constituye el techo del auténtico tesoro de la bodega: su espacio subterráneo.

En él conviven decenas de enormes tinajas con capacidad para hasta 3.000 litros cada una, donde reposa en crianza el caldo en cantidades mayores que en los ya clásicos toneles. Y allí fermenta una variedad, la Mandó, autóctona de Moixent y que en esta bodega, por ejemplo, da vida a las botellas de la marca Safrà, una de las principales de Celler junto a otras con mayor predicamento, como la blanca Cullerot y, sobre todo, la tinta Les Alcusses. En este último caso ya concebida con una mezcla de variedades más internacionales, como Syrah o Petit Verdot.

Y de la bodega y el yacimiento al casco urbano de Moixent, espigado, con un censo que ronda los 4.000 habitantes. Antes, o después, puede circunvalarse a pie el embalse del Bosquet, a apenas tres kilómetros de distancia. Un lugar para darse un chapuzón o para realizar una acción social limpiando la porquería que dejan algunos desaprensivos en su zona boscosa. El paseo se concluye en apenas media hora.

Esta población, como tantas otras del Mediterráneo, salvaguarda su Torre Mora como principal vestigio del antiguo castillo, e incluso restos del acueducto que lo enlazaba con el citado Bosquet. Y, justo debajo de la torre, una enorme gruta que ha dado pie a una leyenda, la de cómo sobrevivió uno de sus personajes más ilustres, Cristóbal Moreno del Camino, más conocido como pare Moreno por su labor sacerdotal y su tarea como franciscano. La citada leyenda cuenta que cuando nació, en 1520, su padre lo ocultó en esa gruta para protegerlo de una epidemia de peste negra, y que allí logró salvar la vida, con la ayuda de un cabra, para después convertirse en un importante personaje de la época. Sus retos reposan en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, con singulares pinturas.

La visita a Moixent puede completarse con una degustación de arròs al forn, un plato hecho con estilo propio en la comarca de la Costera, a la que pertenece Moixent. El restaurante La Piscina, con su enorme terraza sombreada de manera natural por la arboleda, constituye una buena opción para hacerlo.

Esta crónica viajera me la ha publicado la web de viajes Soloqueremosviajar.com. Puedes leerla en esa plataforma pinchando este enlace

lunes, 28 de junio de 2021

Congreso del Bloc y futuro de Compromís (Intereconomía)

Hoy he participado en la tertulia del programa Inter Café, de Intereconomía, para analizar el congreso  del Bloc que se ha celebrado este pasado fin de semana y las perspectivas electorales de Compromís, la coalición de la que el Bloc es socio mayoritario. También hemos hablado del inminente congreso del PP en la Comunitat Valenciana.


Puedes escuchar el programa completo pinchando este enlace

También puedes leer una breve crónica de mi intervención pinchando este otro enlace

Debatiendo el final del curso político (7Televalencia)




El martes 22 de junio participé en Ágora, el programa de debate de 7Televalencia, en el que hicimos balance del curso políticos en la Comunidad Valenciana. 


Puedes ver y escuchar el programa completo pinchando este enlace

jueves, 3 de junio de 2021

Debate sobre actualidad política en 7Televalencia

 El martes 25 de mayo aprovechamos que se ha llegado a la mitad de la legislatura para desarrollar un debate sobre actualidad política en Ágora, programa de debate de 7Televalencia. 


Moderados por Sylvia Costa, participamos el abogado Fran Raga, la periodista Maria Josep Serra y el autor de este blog.


Pincha este enlace para ver y escuchar el programa completo